Simone Zaza (Metaponto, Italia, 26 años) asume que su tiempo en el Valencia ha acabado. En las celebraciones por la clasificación de la Liga de Campeones había un poso de resignación en el delantero italiano, que buscó la complicidad de sus mejores amigos en el vestuario. Justo en el estadio en el que había debutado con el equipo valencianista, el 21 de enero de 2017, Zaza realizaba ejercicios de calentamiento mirando continuamente de reojo al banquillo, esperando una mirada de complicidad del cuerpo técnico que no llegó para jugar los últimos minutos. Entró Luciano Vietto, cuyo paso blanquinegro no dejará huella. Era el mensaje definitivo. Su futuro está lejos de Mestalla y mira hacia Italia. Entre los equipos interesados, destaca el Milan de Gennaro Gattuso.

La adaptación de Zaza al club y a la ciudad había sido óptima. «De Italia solo echo de menos mi pueblo y a mis padres», declaraba a Levante-EMV para destacar la importancia de que el Valencia se hubiese cruzado en su destino para reactivar su carrera. Su aprendizaje del castellano, la vida de ciudad (habita en el centro a diferencia de las residencias periféricas de la mayoría del equipo), y la enérgica conexión con Mestalla, reforzada con una gran primera vuelta, habían dibujado un escenario, futbolístico y mental, por fin estable, tras la pesadilla de la Eurocopa de 2016 y la cesión al West Ham. El perfil futbolístico de Zaza no se ajusta a la visión contragolpeadora del Valencia de Marcelino para ser la referencia atacante del Valencia. Su buen cartel -está tasado en 28'9 millones según el observatorio futbolístico CIES- empuja a una venta de la que brotan candidatos en Italia, campeonato necesitado de referentes locales goleadores.

El Milan ha mostrado interés por «Simo». El club «rossonero» es una entidad desencantada que precisa de conectores emocionales que vuelvan a identificar a una escuadra histórica con sus aficionados. El pasado verano, con cambio de propiedad, el Milan desembolsó más de 200 millones en fichajes, pero han acabado en una temporada irregular que, solo con la llegada de Gattuso, se han enderezado para luchar por la última plaza de Liga Europa y hoy disputa la final de la Copa contra la Juve. El canterano Cutrone ha sido el máximo realizador mientras que los números de Kalinic y André Silva, por los que se pagaron 20 y 38 millones, respectivamente, han sido muy pobres, con 5 y 2 goles. El Milan busca un goleador contrastado y, aunque las cifras de Simone Zaza no han pasado de la quincena de tantos, su grinta -la carismática agresividad que define a los jugadores italianos- encaja con el carácter aguerrido de Gattuso (renovado hasta 2020) y casa con la urgencia milanista de encontrar un liderazgo huérfano en la actualidad.

El Valencia no malvenderá a Zaza, al ser consciente del capital humano que representa en el vestuario, pero se escucharán ofertas que superen los 25 millones y recuperen con holgura la inversión de 18 millones que se realizó en su incorporación. En Mestalla se ha convertido en un futbolista revalorizado.

El futuro de Zaza dependerá de los grandes movimientos de mercado que afectarán a la delantera -como la inminente superoferta por Rodrigo- y se pueden añadir otros clubes de la Serie A, como por ejemplo la Roma, que ya se interesó en sus servicios justo antes de fichar por el Valencia.