H. G., Valencia

La Conselleria de Medio Ambiente ha dado autorización ambiental integrada a la fábrica Moyresa, incrustada entre el barrio de Natzaret y el puerto, pese al informe de compatibilidad urbanística desfavorable del Ayuntamiento de Valencia. La autorización ambiental permitirá a la fábrica de aceites retomar su actividad veinte años después de que las administraciones valencianas y el puerto se comprometieran a sacar de Natzaret esta industria molesta y peligrosa que en los últimos años había mantenido la actividad bajo mínimos.

La autorización ambiental integrada definitiva que el pasado 19 de octubre publicó el Diario Oficial de la Generalitat refiere que solicitó el informe de compatibilidad urbanística al ayuntamiento pero en ningún momento dice que se haya recibido.

La conselleria requirió al menos en tres ocasiones (junio y octubre de 2007 y enero de 2008) el informe de marras al consistorio. Según la documentación a la que ha tenido acceso este diario, el ayuntamiento emitió el 10 de diciembre de 2007 un informe de compatibilidad ambiental negativo firmado por el arquitecto municipal del que parece, a tenor del requerimiento de enero de 2008, que la Conselleria de Medio Ambiente no tuvo constancia. La ley de Prevención de la Contaminación y Calidad Ambiental que regula la concesión de la autorización ambiental establece que el informe favorable del ayuntamiento es preceptivo. Pese a todo, la Dirección General para el Cambio Climático continuó y culminó la autorización a Moyresa.

Los técnicos del servicio municipal de compatibilidad urbanística señalan que Moyresa (perteneciente al grupo Bunge Ibérica S.A.) está "fuera de ordenación" y que las instalaciones "ocupan" un espacio grafiado como "espacio libre". Se ratifican así en los informes que el ayuntamiento realizó en 1994 en los que se declaraba la fábrica incompatible con el planeamiento urbanístico. Los técnicos señalan que la industria se encuentra a menos de 2.000 metros de las viviendas de Natzaret. La fábrica también tiene difícil encaje en el entorno del nuevo barrio de los rascacielos del Grao y de la marina del puerto.

"Pasividad y negligencia"

La concejal socialista Carmina del Río denunció ayer "la pasividad y la negligencia" que rodea la tramitación de la licencia de Moyresa. Lamentó que al final "serán los vecinos los que tengan que soportar las molestias de la fábrica" que tiene la concesión hasta 2022 y que no tendrá que revisar la licencia ambiental hasta dentro de ocho años. La industria linda al norte con la desembocadura del río Turia, al sur con la calle Castell de Pop y al Oeste con la calle Jesús de Nazareno. Los vecinos de Natzaret exigen el traslado de la planta y recuerdan que la licencia ambiental no quita para que la industria de molturación de semillas siga siendo una actividad peligrosa.