Los responsables de Cáritas preguntaron ayer a la concejala de Bienestar Social, Marta Torrado, si el ayuntamiento piensa hacer algo más aparte de repartir comida para ayudar a las miles de familias que no llegan a fin de mes, no pueden pagar el alquiler ni el recibo de la luz y que incluso no tiene para comer por culpa de la crisis y el paro. Las organizaciones asistenciales están "desbordadas" por la demanda de ayuda social. Cáritas Valencia, que ya llamó la atención la semana pasada durante la presentación de su memoria de 2008 sobre la falta de medios, expuso ayer el problema ante el Consejo de Acción Social.

El coordinador de Acción Social de Cáritas en Valencia, Vicente Andrés, preguntó al gobierno del PP qué "medidas extraordinarias" va a poner en marcha para ayudar a las familias en crisis. Preguntó qué se hará para evitar las "listas de espera de dos meses" que se están registrando en los centros sociales municipales -en especial en los populosos barrios de San Marcelino y Orriols-. También quiso saber "qué posibilidades hay de incrementar" las ayudas de emergencia que concede el ayuntamiento y la renta garantizada de ciudadanía (unos 300-400 euros al mes) que otorga la Generalitat a las personas más desfavorecidas. Según el ayuntamiento, se han tramitado 326 solicitudes de rentas garantizadas, dos tercios de 2008 que se están pagando ahora y el resto de 2009 que, a mitad de año, con la crisis tocando fondo y miles de familias afectadas, todavía se están estudiando.

Ayudas económicas y formación

Para el coordinador de Acción Social de Cáritas, "el reparto de comida no basta" para hacer frente al problema. La intervención de la Administración debe incidir "en una protección social que garantice unos ingresos mínimos, en la formación y en el empleo". El reparto de alimentos en los comedores sociales adoptado por el ayuntamiento como medida anticrisis no tuvo buena acogida en Cáritas. La concejala de Bienestar y presidenta del Consejo de Acción Social se lo reprochó ayer al responsable de la organización católica al que reclamó que "agilicen" las solicitudes para la distribución de comida. El ayuntamiento destinará a esta medida un millón de euros del presupuesto, tras intentar sin éxito incluirlo en el planE.

La colaboración de Cáritas, que cuenta con una amplia red asistencial en la ciudad, es decisiva para el éxito del reparto de alimentos. Ante el escaso entusiasmo inicial mostrado por la organización, que no cree que el reparto de comida sea el tipo de ayuda adecuado en pleno siglo XXI, Rita Barberá habló con el arzobispo, Carlos Osoro, para que éste emplazara a Cáritas a colaborar. Al final, en el reparto de los alimentos, que empezará este miércoles, participarán la citada ONG (con 54 puntos de entrega en parroquias y seis economatos), la Casa de la Caridad, el Banco de Alimentos y Misión Evangélica.

Para hacer frente a la lista de espera el consistorio pondrá en marcha un "plan de choque" que duplicará el personal de los centros sociales. Entre las medidas de futuro está un nuevo comedor social que el gobierno local ha incluido en el plan Confianza de la Generalitat, cuya financiación aún está por concretar.

No habrá otro centro para inmigrantes

El desalojo de 60 inmigrantes sin hogar de la fábrica de Bombas Gens el pasado 28 de abril volvió ayer al debate en el Consejo de Acción Social. El portavoz de la Federación de Vecinos, Toni Pla, trasladó al gobierno local la petición del Foro de la Inmigración y otras ONG de crear un centro de acogida que evite asentamientos infrahumanos como el de la fábrica o el del puente de Ademuz. La concejala de Bienestar Social, Marta Torrado, aseguró que el ayuntamiento y la Conselleria de Inmigración "ya ha cumplido" con su compromiso de crear un centro de acogida en el Albergue La Paz en el que se han atendido a 700 personas. En este albergue, que según el concejal Julio Such es insuficiente e inadecuado para las necesidades de los inmigrantes, permanecen 5 de los 60 inmigrantes desalojados.

La Casa de la Caridad y Cáritas llevan semanas llamando la atención de las administraciones sobre el colapso y la falta de medios para atender a las personas necesitadas que se han multiplicado por la crisis. La Casa de la Caridad ha duplicado las raciones del comedor y Cáritas, que ha ampliado su horario de atención, ha abierto un nuevo economato en Exposición, uno de los barrios de clase bien de la ciudad. La organización aseguró ayer que el número de personas atendidas ha aumentado un 9%.