La moción presentada por el PSPV y aprobada en 2006 con la intención de crear un circuito de puntos de actuación artística donde los artistas callejeros puedan ejercer su trabajo sin temer por las multas sigue a la espera de efectuarse en la práctica. Así, al menos, lo denunció ayer el concejal socialista Juan Soto, que inició precisamente la propuesta hace tres años. Según el edil, la moción serviría para "regular la actividad de los artistas callejeros y fomentar la creatividad artística en la ciudad".

En la actualidad, la ordenanza aprobada en 1999 que regula el arte en las calles de la ciudad obliga a los artistas a pedir una solicitud al ayuntamiento, encargado de elaborar posteriormente un estudio técnico que decide si pueden actuar o no definitivamente. Un auténtico "via crucis", en palabras de Soto, que disuade a muchos de tratar de tocar o actuar en los espacios públicos de la ciudad. Mimos, músicos callejeros, magos, actores. Aficionados o profesionales, se ganen la vida con ello o no, todos ellos se enfrentan, si desafían las ordenanzas del ruido o de ocupación de la vía pública, a multas que pueden alcanzar los 600 euros. Los músicos son los peor parados, porque se enfrentan también a la posibilidad de perder sus instrumentos.

Dar facilidades a los artistas

La solución, para Juan Soto, siguiendo la línea de muchas ciudades europeas en la difusión y promoción del arte de la calle "como espacio de expresión y de creación artística", es facilitar el trabajo de los artistas, respetando "unos mínimos de convivencia y regulación". Por ello, el concejal propone "un procedimiento de autorización ágil y simplificado, en emplazamientos previamente delimitados y con una concesión automática y simultánea a la solicitud". Estos puntos de actuación en la vía pública "estarían identificados con una placa en la que, además, vendrían reflejadas las condiciones técnicas y de sonoridad" del espectáculo.

Con esa nueva regulación, según Soto, se respetaría una "tradición milenaria", muy acorde con el patrimonio y las características "cosmopolitas" de la ciudad de Valencia, donde la música es una de sus principales señas de identidad. Es el momento, según Soto, de "frenar los obstáculos administrativos a los artistas", a quienes "el ayuntamiento trata como personas incívicas", así como de "fomentar el arte en la calle", sentenció el edil.