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La Asociación Profesional de Hostelería Playa de la Malva-rosa (Apholema) parece haber encontrado la vía para salvar los "chiringuitos" del paseo marítimo de Valencia, o mejor dicho, las terrazas de los 14 restaurantes instalados allí. Sus responsables han presentado una alegación a la nueva Ordenanza de Playas para que se reconozca la excepcionalidad de los establecimientos y, sobre esa base, negociar con la Dirección General de Costas el mantenimiento de las estructuras. Al parecer, en encuentros previos celebrados este verano, los responsables del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino ya les han informado que ésta podría ser la solución.

Según explicó Miguel Cueca, presidente de Apholema, la normativa actual de playas del Ayuntamiento de Valencia les permite tener unos locales de 150 metros cuadrados, lo que se ajusta básicamente a lo dispuesto en la Ley de Costas. Sin embargo, la mayoría de los locales han desplegado terrazas y cerramientos con otros 150 metros de superficie. Y ahí viene el problema. Hasta ahora, costas les ha ido dando un permiso anual para mantener estas infraestructuras, pero ahora el Gobierno ha decidido aplicar la ley a rajatabla y desde 2007 están sin ese permiso y negociando una solución.

Un itinerario marcado

En el mes de mayo recibieron una carta de Costas en la que les ofrecían una renovación de la concesión por cinco años a cambio de eliminar las terrazas. Y también mantuvieron una reunión en Madrid en la que les explicaron que podrían buscarse soluciones jurídicas al problema. El Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Valencia advirtió, por último, que el Gobierno estaba dispuesto a negociar la permanencia de las terrazas y marcó el camino, que no es otro que reconocer en la ordenanza municipal la excepcionalidad de estos restaurantes y acogerse al articulado de la Ley de Costas que contempla este tipo de excepcionalidades.

Y eso ha hecho Apholema aprovechando el periodo de información pública de la Ordenanza Municipal de Utilización de las Playas y Zonas Adyacentes, aprobada por el pleno el pasado 31 de julio. La asociación de hosteleros ha presentado una alegación en la que propone que se cambie el uso de estos establecimientos considerándolos un "sector estratégico" del turismo de la ciudad y reconociendo peculiaridades como el hecho de estar en un paseo marítimo y ser restaurantes. Los hosteleros, por su parte, no tienen inconveniente en homogeneizar la estética o las dimensiones de las terrazas, pues su idea es también modernizar los negocios y darles una mejor presencia.

Miguel Cueca espera que el Ayuntamiento acepte su propuesta para, cuando sea efectiva, dirigirse a Costas y negociar. Su deseo es afrontar la campaña de verano del año que viene sin la inseguridad jurídica que viven desde hace dos años. Es más, Miguel Cueca cree que esta vía puede ser aprovechada también por los restaurantes de Pinedo y el Saler que están en la misma situación que ellos.