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El Ágora de la Ciudad de las Ciencias se abrió para el Open de Tenis sin licencia municipal ni informe del Servicio de Bomberos que acreditase la seguridad del recinto por el que se esperaba el paso de 5.000 personas. Según el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Valencia, Miquel Domínguez, "los bomberos no han inspeccionado el edificio". Los motivos son que a la Generalitat, que es la propietaria, ni le hace falta "porque se rige por su cuenta" ni lo ha pedido. El complejo de la Ciudad de las Ciencias disfruta de "un régimen jurídico especial" que exonera a la empresa pública gestora (Ciudad de las Artes y las Ciencias S.A.) de tener que pedir permiso al Ayuntamiento de Valencia para aperturas provisionales y a éste le libera de responsabilidades en caso de incidentes.

Así las cosas, el nuevo edificio diseñado por Calatrava para el complejo de ocio abrió el pasado 31 de octubre sin que nadie verificase las condiciones de seguridad del recinto. La competición acabó el domingo y ayer se trabajaba en el desmontaje de las gradas y demás estructuras del Open. Fuentes de Cacsa explicaron que una vez desmontado, "se ultimará" la obra para lo cual será necesario cerrar el edificio.

En este sentido, el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, explicó que el ayuntamiento tiene que recibir o certificar las obras del Ágora, si bien no lo ha hecho "porque no está acabado". Entre los detalles que faltan están las alas o lamas móviles que regulan la entrada de luz y que rematan la cubierta de "trencadís" azul del edificio. La ausencia de esos reguladores, que se suplió improvisadamente con grandes plásticos durante el torneo de tenis, provocó el pasado fin de semana la entrada de aire frío y polvo del jardín exterior aún en obras en el interior de la plaza cubierta donde el público asistía a la competición.

Ante las dudas que surgieron en los días previos al Open sobre si el ayuntamiento debía o no hacer un informe de apertura provisional, el concejal de Actividades, Vicente Igual, echó mano del decreto del Consell que regula el régimen jurídidico de Cacsa y, según el cual, el consistorio no está obligado a informar de la seguridad de los edificios ni a dar licencia de actividad. Otra cosa es que la Generalitat lo pida. Así lo hizo en el caso del Palau de les Arts, lo que dio pie a la polémica por los incumplimientos de la normativa de evacuación del nuevo coliseo de la ópera. La Generalitat de momento no ha pedido licencia de actividad para el Ágora puesto que a diferencia del Palau de les Arts, el Museo Príncipe Felipe o l'Hemisfèric, "aún no tiene uso concreto".

En el Ágora, la redacción del informe de seguridad se antoja compleja, entre otras cosas, porque no hay un aforo fijo pues la plaza diáfana podría habilitarse en distintas alturas. En el caso del Open de Tenis se vio que las puertas de emergencia eran insuficientes para el público que se esperaba por lo que hubo que habilitar las ventanas como punto de evacuación. La concejala socialista Mercedes Caballero señaló ayer ésta y otras deficiencias del Ágora donde, "afortunadamente, pese a la provisionalidad no ha habido que lamentar incidentes".