?

La alcaldesa de Valencia se pronunció ayer sobre la petición de la Basílica y la Catedral de limitar los usos de la plaza de la Virgen como consecuencia del incremento de actividades que en los últimos años se han producido. Barberá dijo conocer el planteamiento de los responsables de ambas instituciones eclesiásticas pero "es un tema abierto sobre el que no tengo criterio firme".

Sin embargo, la primera regidora no es "partidaria de singularizar ninguna calle ni ningún espacio público respecto a otro".

Lo cierto es que una respuesta de esas características no puede formar parte de lo que ella quiera responder tanto a uno como otro responsable eclesiástico. Ellos querrán algo más concreto, y más cuando hay otras plazas del centro de la ciudad donde la actividad lúdica es nula y su terreno se podría utilizar.

Desde las dos instituciones eclesiásticas más importantes de la ciudad se le ha recordado que su propuesta pasa por limitar los usos cuando coincidan con la realización de los oficios tanto en uno como en otro templo. Este es el caso de los bailes regionales que tienen lugar en la plaza cada domingo en una actividad que viene de la mano de la Junta Central Fallera. Un responsable del área de Fiestas ha recibido quejas por esa celebración cultural pero hasta el momento han recibido la callada por respuesta.

La actitud de la alcaldesa contrasta con la iniciativa del alcalde socialista de Zaragoza que ya hace tres años reguló mediante un decreto de alcaldía los usos de la plaza del Pilar tanto en la llamada "bandeja" como en otros sitios del lugar e incluso se reguló que se consultaría al Cabildo de la Catedral sobre las actividades a realizar.

La plaza no sólo es escenario de actividades programadas desde el Ayuntamiento de Valencia, la última, sin contar con los citados bailes regionales, fue el montaje de carpas y pabellones para conmemorar el Día de la Infancia, sino el final de manifestaciones o espacio de concentraciones además de lugar improvisado para los especialistas en circular en monopatín.

Desde la Basílica y la Catedral lamentan las molestias durante la celebración de las misas a los cristianos que acuden y plantean que en el transcurso de los oficios no tenga lugar actividad alguna.

La novedad de la petición de limitar los usos radica en que los dos estamentos religiosos han hecho un frente común. La Policía Local ya vienen frenando la celebración de actividades en ese lugar desde el pasado verano. Al final es el área de Fiestas el que concede los permisos.