La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, indicó ayer, en relación con el proyecto de remodelación del Jardín de Monforte, que se han pedido informes técnicos, desde el punto de vista botánico y sobre la autenticidad del muro del jardín de Monforte antes de iniciar las obras de derribo de esa zona del cierre de lo que fue el huerto de una casa señorial.

El muro al que hace referencia Barberá se encuentra en las calles Monforte y Severo Ochoa y se hizo después de 1957 para sustituir al que derribó la riada de ese año. Se da la circunstancia de que en el informe de la dirección general de Patrimonio que da luz verde al polémico derribo no se especifica qué zonas del muro tiene previsto demoler el consistorio.

Barberá no quiso entrar a justificar los motivos del proyecto que ha provocado el rechazo de personalidades y colectivos implicados en la defensa del patrimonio. El plan surge en el servicio de Proyectos Urbanos en diciembre de 2008 y el documento se redactó sin informe alguno de la Fundación de Parques y Jardines, que emitió su parecer el 10 de noviembre pasado, justo la víspera de que Patrimonio emitiera informe favorable.

El Jardín de Monforte también ha sido por incluido Barberá en el II plan E del Gobierno, con un proyecto que contempla la restauración de las esculturas, el arreglo de las dependencias utilizadas como almacén y también la apertura de una nueva puerta a la izquierda del edificio donde se ofician las bodas. El coste de las obras es de millón y medio de euros. Esa puerta sería la segunda nueva porque el proyecto de Urbanismo ya incluye otra en la calle Monforte. Actualmente sólo hay una puerta por Blasco Ibáñez.

El concejal socialista Juan Soto reiteró ayer que "la demolición del muro incumple la Ley de Patrimonio Cultural porque su artículo 38 obliga a conservar las aportaciones de distintas épocas históricas que hayan enriquecido los valores patrimoniales de un bien. Con lo cual tan digno es un muro de la época de la riada como una valla de estilo neoclásico", que, al parecer, será similar a la de Viveros. Para Soto "el informe de Cultura obvia ese articulado de la legislación. Con plan especial o sin él la intervención es injustificada y con tantos bienes protegidos por restaurar debería dejar este asunto quieto porque no existen razones medioambientales para intervenir sino urbanísticas".

En este este sentido, el concejal de Medio Ambiente, Ramón Isidro Sanchis, explicó a la concejala socialista Carmen del Rio que el problema del jardín no son los árboles sino la rosaleda central, las matas y las plantas de menor porte por una excesiva humedad.