El edificio de La Roqueta, donde en su día estuvo el antiguo monasterio de las monjas agustinas dedicado a hospital, entre otros usos, no está en técnicamente en ruina pero su estructura está bastante afectada y se precisa de una actuación urgente para consolidarla, según consta en el informe redactado hace unos seis meses, cuando desde el área de Grandes Proyectos del Ayuntamiento de Valencia se solicitó a la empresa municipal Aumsa el documento para preparar la intervención incluida en los presupuestos de 2010.

El informe alertaba, pues, de la necesidad urgente de la intervención y precisaba la inversión de los dos millones de euros que, finalmente, se ha incluido en los presupuestos de este año con el fin de realizar la obra. Sin embargo, el retraso en el inicio de los trabajos puede originar que los daños sean mayores cuando se proceda a la intervención y, por tanto, el coste mayor.

Los técnicos de Aumsa realizaron la visita al interior del edificio junto con funcionarios del área de Patrimonio Histórico de la Concejalía de Cultura. Estos conocen bien el complejo porque han participado en estudios, investigaciones sobre la historia del complejo e incluso en excavaciones arqueológicas.

Lo que sí han reconocido diversos especialistas es que el daño en el inmueble es hoy día mayor porque ha entrado mucha agua de la lluvia caída en estos últimos meses por los agujeros del tejado. El agua ha perjudicado la zona donde ha caído causando mayores humedades. En el informe sus autores reconocen la existencia de numerosas goteras por toda la cubierta.

Con todo, cualquier actuación que se ejecute en el edificio no se acometerá hasta principios del verano o quizás después debido al largo proceso administrativo de la convocatoria del concurso, a no ser que desde el equipo de gobierno se escoja el camino de la vía de urgencia adjudicando las obras a la contrata municipal.

La grave situación de deterioro del monumento histórico, que como tal se declaró hace 32 años, no se aprecia desde el exterior, cuya fachada ha sido de lo poco que se ha ido cuidando y manteniendo. En el interior nada se ha hecho en todos estos años salvo las excavaciones.

"Nada más entrar la imagen es para echarse a temblar porque todo está apuntalado, las naves y forjados, y el patio interior es una verdadera selva de matojos de gran tamaño", comentaron personas que han entrado para realizar citado informe.

Los dos millones de euros previstos en el presupuesto municipal se podrían quedar cortos ya que los daños causados en los últimos meses podrían obligar a aumentar esa cantidad.

La mayor partida de esos dos millones de euros es de 500.000 euros y se destina para consolidar los forjados y la estructura formada por vigas de madera que están muy dañadas.

Otra cantidad relevante, 200.000 euros, se destina a retejar toda la cubierta, a colocar nuevas tejas, aunque, como reconocen los técnicos, debería levantarse por completo y hacerse todo nuevo. Tanto si se decide una vía u otra de intervención en el tejado lo que sí se colocará es aislamiento para impedir la entrada de agua y preservarlo de nuevas humedades.

Y paralelamente, o antes del inicio de las obras, se deben acometer unos trabajos arqueológicos en los muros, como apuntan los técnicos de Aumsa quienes esperan que la actuación no tarde en empezar.

El tiempo de duración de las obras será como mínimo de un año aunque cuanto antes se inicie, mejor para el complejo.

La empresa Aumsa que es la que debe hacerse cargo de convocar el concurso de los trabajos todavía no ha recibido la orden del consistorio local para hacerlo y está a la espera de que desde el área de Urbanismo se les entregue el proyecto con todos los datos pormenorizados. La Roqueta es uno de los pocos edificios históricos de la ciudad sin rehabilitar.

Las religiosas lo compran y lo venden

La historia del antiguo monasterio de San Vicente Mártir tuvo a finales del siglo XIX uno de sus capítulos relevantes porque en esos momentos una orden religioso lo compró y fue la misma que casi un siglo después lo vendió. Fue en 1879 cuando la comunidad de religiosas agustinas ermitañas de San José y Santa Tecla adquirió el antiguo edificio por 100.000 pesetas. La orden encargó al arquitecto Antonio Martorell la rehabilitación del conjunto y en esa obra se adapta el monasterio a las necesidades de las religiosas. Así, en esos momentos se acopló a los requerimientos de las monjas y entre ellos estuvo la restauración del templo donde hubo imágenes y retablos del antiguo convento de la orden que estaba en la calle del Mar, entre los que estaba el de la cárcel con la imagen de "Sant Vicent el Pobret".

El templo fue pasto de las llamas en 1936 y las monjas fueron expulsadas. No vuelven al recinto hasta después de la guerra, quedándose hasta 1973. Fue en ese año cuando lo ponen en venta debido a las pésimas condiciones del inmueble. A partir de ese momento diversas personalidades, como el arquitecto Emilio Rieta, el canónigo Vicente Castell o el historiador Sanchis Guarner promueven que el consistorio lo compre como así sucedió. En 1999 se llevó a cabo un enlucido provisional de la fachada eliminando los motivos neogóticos que desde finales del siglo XIX adornaban los ventanales y se frenó la ruina interior. p. varea valencia