Las instituciones valencianas han hecho caso omiso a la recomendación que el Consell Valencià de Cultura (CVC) efectuó en un informe de hace cinco años para impulsar un acuerdo para rescatar el monasterio de San Vicente de la Roqueta, situado a escasos metros de la céntrica plaza de España, en Valencia. Este cenobio, propiedad del Ayuntamiento de Valencia desde 1973 y monumento histórico artístico desde 1978, se encuentra en grave estado de deterioro, con parte de la cubierta desplomada y prácticamente en ruina, siendo el único gran convento de Valencia que no ha sido rehabilitado.

El organismo que preside Santiago Grisolía instaba a las instituciones a ponerse de acuerdo para llevar a cabo una intervención, que había de ser arqueológica en atención a que la Roqueta "es sin duda una de las zonas más interesantes de la ciudad de Valencia por estar situado junto a la antigua Vía Augusta, y lugar en el cual, seguramente, existió en la primitiva cristiandad y en época medieval un centro religioso relevante". Apuntaba también el informe que en caso de no desear una investigación arqueológica completa se buscara un uso para el recinto "adecuado al espíritu y simbología del santo mártir".

Desde 2005, año en que se redactó el informe del CVC, La Roqueta no ha sido objeto de ninguna intervención, y las lluvias de las últimas semanas amenazan con agravar su ruina después de haber provocado ya desprendimientos en la cubierta, unos desperfectos que el Ayuntamiento de Valencia intentará reparar con dos millones de euros de un plan de emergencia a desarrollar este año para evitar que el monasterio se hunda.

Uno de los firmantes del documento y miembro del CVC, Jesús Huguet, ha calificado de inaceptable lo que está sucediendo con La Roqueta y lamenta la falta de uso de ese espacio. "¡Hombre, lo primero por lo simbólico!, porque en lo referente a los espacios religiosos es uno de los más importantes e históricos". Y apuntó a la existencia del problema civil y religioso porque cualquier actuación en el antiguo monasterio debería coordinarse con el Arzobispado por ser éste el propietario del edificio parroquial contiguo al antiguo monasterio.

En el documento de la comisión de legado histórico y artístico, el CVC se dirigía en 2005 al Ayuntamiento de Valencia, como propietario de la mayor parte del inmueble; al arzobispado, como dueño de la parroquia de Cristo Rey colindante con el monasterio y a la administración autonómica por tratarse de un Bien de Interés Cultural. El informe había sido solicitado por la presidenta de la Asociación Cofradía San Vicente Mártir de Valencia, Rosa Araixa, quien pretendía que el organismo creado por el Consell de la Generalitat para asesorar en asuntos culturales incidiera en "en valor histórico, arqueológico y cultural" del monasterio.

Anteriores excavaciones

Ya entonces, entidades vicentinas como la peticionaria habían manifestado su preocupación por la situación del edificio, y la trasladaron a los consejeros encargados de redactar el informe, Jesús Huguet y Ricardo Bellveser, expresando su preocupación por los desprendimientos y por la pérdida de elementos arqueológicos esenciales en los restos del monasterio que permanecían enterrados.

Los ponentes recopilaron información sobre los restos arqueológicos que habían aparecido en anteriores excavaciones, que permitieron sacar a la luz materiales y tumbas medievales; restos de una construcción cristiana, posiblemente un aljibe del siglo XIII que ya estaba en desuso en el XV; restos óseos de enterramientos medievales cristianos e islámicos y una caja de plomo con un esqueleto en su interior a una cota inferior a tres metros.

Según la arqueóloga que informó entonces, Rafaela Soriano, "este tipo de enterramiento es de los más antiguos dentro de las necrópolis cristianas, aunque no siempre albergan individuos de esta creencia". En Orriols habían aparecido también tres sepulturas similares que formaban parte de un mausoleo datado en el siglo IV. Según Soriano, "el descubrimiento de estas cuatro sepulturas, una atribuible al período romano bajoimperial y las otras tres a época visigoda, son los primeros indicios arqueológicos documentados con metodología científica que podrían confirmar la tradición de que en el lugar conocido en la actualidad como San Vicente de la Roqueta situado junto a la Vía Augusta, estuvo ubicada la basílica de San Vicente, ya que era costumbre de los primeros cristianos enterrar a sus deudos alrededor de lugares asociados a santos o mártires".

Freno a la búsqueda de los restos del patrón de Valencia

La posible presencia de los restos del patrón de Valencia planeaba sobre el informe y sobre los investigadores, que llegaron a examinar con ayuda del georradar el suelo del recinto, indicando que serían necesarias nuevas investigaciones en el convento, en la iglesia y en el patio adyacente "si de verdad se tiene interés en descubrir el templo constantiniano que albergó los restos del mártir Vicente", escribía Soriano.

En su informe, el CVC emplazaba a los organismos oficiales a que en caso de no realizarse una excavación total de la zona como planteaban los arqueólogos, se constituyera una comisión de expertos con la finalidad de decidir un uso del monasterio adecuado al espíritu y simbología del mártir, para lo que el organismo cultural ofrecía su colaboración.

La petición del CVC para decidir si se excava en busca del templo paleocristiano o para formar una comisión que decida a qué se destina el monasterio ha caído en saco roto en todos estos años. Lo unico que ha salido a la luz han sido los anuncios de intenciones para establecer un uso pero nunca han cristalizado ni desde las instituciones ni de los colectivos vicentinos. El ayuntamiento siempre se ha negado a recuperar el inmueble para dotarlo de un uso destinado exclusivamente al mártir patrón porque prefiere un uso mixto.