El apuntalamiento y apeo del antiguo monasterio de San Vicente de La Roqueta le está saliendo caro a las arcas municipales. El Ayuntamiento de Valencia lleva desde 1998 pagando a la contrata municipal de mantenimiento de edificios municipales unos 20.000 euros anuales por mantener en el interior del edificio los puntales y los apeos que muchos creían que eran de propiedad municipal o al menos que desde su colocación en 1998 pertenecían al consistorio, dueño del monumento desde 1973 y principal responsable de su deterioro y abandono.

El dinero sale de las arcas públicas, de la partida llamada "Patrimonio Alquiler Maquinaria y Utillajes" y figura en el apartado del servicio de Patrimonio. Sólo en 2009, el consistorio ha pagado 23.811 euros a la contrata por tener los hierros colocados para impedir que se produzcan derrumbamientos, como aprobó en una de las últimas reuniones de la Junta de Gobierno Local.

Los numerosos puntales que se han colocado a lo largo y ancho de las dependencias y del claustro del inmueble protegido fueron los que los técnicos de la sociedad municipal Aumsa y del área de Patrimonio se encontraron en julio de 2009 cuando acudieron para realizar el informe sobre la situación del edificio. El ayuntamiento gastará en 2010 unos dos millones de euros en obras de consolidación ante la situación de práctica ruina que sufre el monumento próximo a la céntrica plaza de España.

Los puntales se colocaron en 1998 cuando la contrata llevó a cabo diversas obras de consolidación del cenobio por encargo del ayuntamiento. En el verano de 1999 se hizo un enlucido provisional de la fachada. Fue en esa época cuando se eliminaron los motivos neogóticos que desde finales del siglo XIX adornaban los ventanales. Con esos trabajos también se detuvo la ruina consolidando forjados y retirando los escombros. A mitad del año 2000 se realizan otras obras que, en especial, consistieron en apeos de carácter estructural.

Los propios responsables del servicio de Patrimonio reconocen que a la empresa privada propietaria del material se le paga cada año por el alquiler de esos objetos, los puntales y los apeos.

Y además afirman que con el fin de mantenerlos se debería haber tramitado un expediente para contratar el alquiler pero ante la falta de dinero se decidió mantenerlos pagando el alquiler a la empresa adjudicataria de la contrata.

Diversas fuentes del consistorio consultadas ayer apuntaron que desde 1999, cuando acabaron las obras, se ha abonado a la empresa contratista unos 200.000 euros por el alquiler del material. Las fuentes consultadas se preguntan si no hubiera sido mejor adquirir en propiedad el material y rentabilizar la adquisición.

Otras fuentes creían que el mantenimiento del alquiler se debe a que igual cada año se pretendía acometer la rehabilitación del inmueble pero ese momento nunca llegaba y el material proseguía en el lugar hasta que al año siguiente se volvía a aplazar la actuación. Ahora sí parece que las obras entran en turno aunque los trabajos no se acometerán, posiblemente, hasta mayo o junioporque esas podrían ser las fechas del inicio después de todo el procedimiento administrativo.

El mantenimiento de los puntales en ese régimen de alquiler es un caso atípico en la ciudad, y más en un inmueble de propiedad municipal ya que no suele durar tanto tiempo la instalación temporal hasta el inicio de los trabajos. La colocación de los hierros suele realizarse en edificios en ruina por motivos de derrumbe de falsos techos pero durante un corto espacio de tiempo.

Los colectivos vicentinos y partidos políticos, como el PSPV, esperan que los trabajos se inicien pronto pero siguen sin entender que se emprendan sin un destino. El consistorio también ha alegado en años anteriores que no se haría nada sin saber el uso pero se hace todo lo contrario ahora.