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El Ministerio de Defensa ya ha cursado la orden al Cuartel General de Valencia para que sea retirada de uno de sus patios la estatua ecuestre de Franco, orden que se cumplirá «de inmediato», dijeron fuentes ministeriales. Aunque sigue estando sobre la mesa su traslado al Museo Militar de la ciudad, en los últimos días ha cobrado fuerza la posibilidad de que sea depositada en alguno de los almacenes del Ayuntamiento, que es el propietario del controvertido monumento.

La estatua de Franco presidió la plaza del Ayuntamiento hasta el mes de septiembre de 1983. A falta de una solución mejor y para evitar polémicas, el Gobierno socialista decidió entonces trasladarla a la Capitanía General de Valencia e instalar la obra de José Capuz en uno de los patios del antiguo convento de Santo Domingo, donde permanece.

Este enclave, sin embargo, siempre ha tenido un carácter temporal. En varias ocasiones se han hecho amagos de retirarla y devolverla a su propietario, el consistorio, pero ha sido la Ley de la Memoria Histórica la que ha obligado a hacerlo. El propio secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, anunció hace unos meses que para el 31 de diciembre no quedaría ninguno de estos símbolos en centros o espacios oficiales, como es el caso.

Ubicación incierta

Ayer fuentes ministeriales aseguraron que Defensa ya ha ordenado la retirada y que su traslado, sin precisar fecha, se realizará «de inmediato», probablemente a un depósito municipal, aunque sigue viva la idea de ubicarla en el Museo Militar, una opción que había planteado la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, apelando a los acuerdos plenarios alcanzados en su día.

También se retirará, dijeron las fuentes, el escudo franquista que preside el edificio de la antigua Capitanía General. Así se hace constar en la lista de símbolos de la dictadura elaborada tras la entrada en vigor de la Ley de la Memoria Histórica. No obstante, para este escudo aún no se ha dado ninguna orden de retirada. Hasta el momento, la versión más comentada era que no se podría quitar por el daño que causaría a un edificio protegido.

Podría salir por encima del tejado

La retirada de la estatua de Franco, de siete metros de envergadura, no será una labor fácil, pues después de su ubicación en un patio interior se edificó uno de los laterales y ahora no cabe por ninguna de las puertas. En las últimas semanas un equipo técnico del Ministerio de Defensa ha estudiado la situación y se plantean la posibilidad de sacarla por encima del tejado utilizando una grúa.