­El 30 de octubre de 1987 el presidente de Renfe, Julián García Valverde, tuvo la clarividencia de asegurar a Levante-EMV que «lo de construir un parque en las vías de Renfe es una moda pasajera». La anécdota es muy reveladora de las dificultades que ha atravesado el Parque Central de Valencia desde que apareció por primera vez en el avance del Plan General de Ordenación Urbana de Valencia de 1985. Porque en estos 25 años de gestación, más los que queden para el parto, el enemigo de este ambicioso proyecto ha estado dentro de las instituciones que debían impulsarlo. En 1992, la presidenta de Renfe, Mercé Sala, archivó la iniciativa con la excusa de que «los proyectos imposibles no son proyectos». El 21 de junio de 1997 el ministro de Fomento, Rafael Arias Salgado, anunció que el Proyecto del Parque Central de Valencia «no es prioritario».

Ante la falta de entusiasmo de los gestores del Gobierno central, que debían financiar el proyecto, resulta más comprensible entender por qué la Operación Parque Central ha sufrido un cuarto de siglo de fracasos continuos. Aunque a pesar de los agoreros, el proyecto ha permanecido en la agenda ciudadana y política. Y se hará a pesar de, o gracias a, los cuatro convenios y otros tantos concursos de ideas que han firmado o impulsado dos alcaldesas de Valencia (Clementina Ródenas y Rita Barberá), seis ministros de Fomento (José Luis Barrionuevo, Josep Borrell, Rafael Arias Salgado, Francisco Álvarez Cascos, Magdalena Álvarez y José Blanco), cinco presidentes de Renfe (Julián García Valverde, Mercé Sala, Miguel Corsini, José Salgueiro y Teófilo Serrano), y dos presidentes del GIF (Ramón Escribano) y Adif (Antonio González).

El Parque Central se ejecutará porque, por primera vez en estos veinticinco años de promesas, las obras ferroviarias están, ahora sí, en marcha y a once meses escasos de que el primer AVE llegue a Valencia. Superado el escollo de la solución ferroviaria, sólo quedaba resolver el diseño de la pastilla de terreno que liberan las vías. Esta semana se conocían los 36 aspirantes a elaborar el cuarto diseño del Parque Central, una noticia que ha generado no pocas suspicacias. El primer concurso restringido, lo convocó Renfe en 1989. Cinco equipos de arquitectos atendieron la demanda: Armiño-Meri-Vidal, Leire (Equipo 13), Gisbert-Noguera-Otegui, Ferran y Sánchez und Partner GMBH. Las cinco cayeron en saco roto. «El concurso quedó desierto y las buenas intenciones quedaron en nada lo que indica el nivel de conflictividad y de intereses cruzados que ha presidido esta actuación desde su origen», explica el arquitecto Rafael Rivera.

Aumsa convocó otro concurso restringido en 1996, al que respondieron cinco arquitectos, que no agradaron a Barberá por lo que no llegaron a ver la luz. Aumsa ha declinado facilitar información sobre estas ideas. La arquitecta portuguesa Patricia Chorao, ganó el Premio de arquitectura Thyssen en 1998, con un gran parque del centro al sur de Valencia, pero de esta propuesta nunca más se supo. Así que el Parque central afronta en 2010 su cuarto diseño. Todos desean que, cambiando el dicho, el cuarto sea el definitivo.