También admite que sus derivas en el jardín de Monforte han generado fricciones.

¿Por qué deja la presidencia de Cercle Obert ahora que está en un momento álgido?

Estoy bastante quemado y la renovación es buena. Después de 13 años creo, sinceramente, que debe entrar gente joven. Es algo básico para los movimientos cívicos. Sé que me voy en el mejor momento, pero también opino que hay que saber retirarse porque hay quien no deja la silla ni con agua caliente.

¿Fue decisión suya o alguien le dio el empujón?

Estuve reflexionando y lo hablé con los compañeros. Yo continuaré como un socio más, desde un segundo plano, activo pero más sereno. Entrego todos mis bártulos y contactos personales a Francisco Pardo, que es una persona joven (jardinero de profesión como él) que lo hará muy bien.

¿Significa su marcha un giro en Cercle Obert?

La nuestra es una asociación pequeña —24 miembros— pero muy activa. El hecho de no estar federados y no recibir subvenciones de las instituciones nos deja mayor libertad. No tenemos que moderar nuestras críticas como hacen otros colectivos que intentan no morder la mano que les da de comer. Por eso somos un «lobby» de presión. Quienes piensen que Cercle Obert va a desaparecer se equivocan. Hemos denunciando muchos temas relacionados con el patrimonio histórico y con el urbanismo, como la permuta de Mestalla y vamos a seguir haciéndolo, aunque ahora desde un punto de vista más local, más para el barrio de Benicalap.

¿Hasta qué punto ha influido en su paso a segunda línea los cambios de criterio en relación a la ampliación y los derribos en el jardín de Monforte?

Es cierto que en este tema casi me engañan. Caímos en la trampa y en las artes de seducción del arquitecto, José María Herrera, que fue muy amable al explicarnos el proyecto. Metí la pata. Hay que mirar los temas con mayor frialdad y contrastar todo lo que te dicen. Quiero dejar claro que hemos rectificado y mantenemos una oposición directa a la demolición del muro y a la reordenación interior. No se puede realizar ninguna obra hasta que no esté aprobado el plan especial del jardín histórico.