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El padre de la ciclista fallecida en la noche del pasado viernes en la avenida de Blasco Ibáñez, Antonio Cáceres, hizo ayer un llamamiento a todos los conductores, aún con el dolor por la pérdida de una hija. "Les pido concienciación y mesura para que cuando lleguen a un semáforo y esté en ámbar paren para evitar más muertes. No sólo fallece quien atropellan sino truncan la vida a toda una familia, desde los padres a los hermanos, tíos y demás. En muchas ocasiones no somos conscientes de lo que puede ocurrir", comentó.

La joven ciclista, de 20 años, murió atropellada por un vehículo todoterreno a la altura de Blasco Ibáñez, 124.

El progenitor de Jénifer, que fue incinerada el pasado domingo en el tanatorio de la pista de Silla, conservaba ayer la entereza pero no pasaba lo mismo con su esposa y otra hija. Las dos estaban destrozadas y aún permanecía en la memoria de la primera cuando "su pequeña" se marchó en la noche del viernes con la bicicleta de una amiga para acudir a una cena con amigos a casa de una conocida de la zona de la plaza del Cedro, quien empezó a dar la voz de alarma porque tardaba en llegar.

Unos agentes fueron quienes les comunicaron en su casa tan dolorosa perdida. Para la familia de Jénifer la muerte de su hija está aún más llena de dolor porque comenzaba a recuperarse de la pérdida de su novio, fallecido en 2008.

Los padres y la hija, mayor que la fallecida, recibieron desde el primer momento el apoyo de familiares y amigos. Los cuñados que viven cerca han sido un gran apoyo. Fue allí donde comieron ayer después de recoger las pertinencias de la fallecida de las dependencias policiales y sus cenizas.

Un tío de ella, Carlos, también pedía serenidad a los conductores a la hora de circular por la ciudad y más cuando se acerquen a los semáforos. "A nosotros la policía nos ha dicho que mi sobrina pasaba en verde pero la investigación continúa", comentaba mientras el padre, Antonio, solicitaba colaboración para ayudar a la Policía Local en el esclarecimiento de los hechos. "La policía quiere conocer todos los hechos y pedimos a quien lo vio que ayude. En especial a un taxista que, al parecer, lo vio y es necesario hablar con él", dijo el padre.

Quería ser monitora de deportes

Jénifer comenzó a estudiar hace pocos meses en el IES Baleares el curso de monitora de deportes. Al centro acudía normalmente en moto con una amiga y se había integrado en el instituto, como atestiguaron sus profesores a sus padres. Más de 300 personas la arroparon el domingo en su despedida. Sus cenizas las conservará la familia. Ella se había criado en la Malva-rosa, cursando estudios en el colegio público del barrio y en el IES Isabel de Villena, donde precisamente ayudó en la cafetería durante varios años. Fue en este centro donde ayer su recuerdo estuvo más vivo porque era conocida y querida.

Su medio de desplazamiento por la ciudad era la bicicleta. "Cuando se iba al centro en el tranvía a ver a su amigo se la llevaba. Yo siempre le decía que tuviera cuidado", comenta el padre. Ella no podrá ir ya a la Filmoteca; a la plaza Cedro con su grupo de amigos o a las reuniones a sus casas. La joven también era solidaria y estuvo de monitora con discapacitados del Ivadis en Benigànim.