El arquitecto David Fisher, el inventor de los rascacielos giratorios, se reúne hoy con el concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Valencia, Jorge Bellver. El arquitecto, ingeniero y escultor ha recorrido ciudades de medio mundo con miras a construir uno de sus edificios en movimiento. Dubai, convertida al calor de los petrodólares en la meca de la arquitectura más excéntrica, Moscú y Nueva York serán las primeras en tener uno de estos edificios. El arquitecto también ha visitado Londres, París, Río de Janeiro y México con idea de levantar una de sus torres giratorias, autoeficientes y pensadas para albergar hoteles, oficinas y apartamentos de lujo.

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, es una admiradora reconocida del arquitecto. En la presentación en julio de 2008 del planeamiento del PAI del Grao, el futuro barrio de los rascacielos y el delta verde que unirá la avenida de Francia con el mar, la regidora reclamó a los promotores altura de miras, materiales de calidad y una "arquitectura audaz". Como ejemplo citó entonces los rascacielos giratorios que Fisher había proyectado en Dubai. Los exuberantes proyectos de Dubai, entre los que destacan tres grupos de islas artificiales en forma de palmera y el primer hotel submarino del mundo, se han visto ralentizados por la crisis mundial que ha hecho que muchos de sus exclusivos y millonarios compradores se replantearan la inversión.

Fisher tiene en Santiago Calatrava, el arquitecto de cabecera del gobierno de Francisco Camps, un duro competidor. El arquitecto de Benimàmet, famoso por su genio creativo y por los sobrecostes de sus edificios, ha convertido a Valencia en referente de la arquitectura espectáculo, pero aún no ha podido ver rematada la Ciudad de las Ciencias. La Generalitat anunció en junio pasado que dejaba aparcadas las torres helicoidales que Calatrava presentó para rematar la Ciudad de las Ciencias -de gran similitud con las de Fisher-ante la falta de inversores. Sin embargo, en diciembre pasado el primer teniente de alcalde, Alfonso Grau, sorprendió repescando el proyecto de las torres. Las incluyó en el nuevo plan estratégico de Valencia como posible contenedor de un centro empresarial dedicado a la innovación.

Menos tiempo y sobrecostes

Los "edificios en movimiento" de Fisher, donde cada piso puede girar individualmente, se consideran un desafío a la arquitectura tradicional. Se trata de grandes construcciones fabricadas en serie que, según la anuncia la página web del arquitecto, permiten reducir un 30% los tiempos de construcción y un 10% los sobrecostes.