Como suele ser la tónica en el censo fallero, ninguna de las comisiones de sección especial figura entre las más numerosas de la ciudad. El récord sigue siendo el de la comisión de l'Oliveral (Gloria-Felicidad-Tremolar), que tiene en sus filas 824 adultos y muchas de las comisiones más numerosas pertenecen a barrios residenciales o periféricos (Olivereta, Aras de Alpuente, L´Alguer...) o de poblaciones asociadas (Valencia-Teorodo Llorente de Xirivella, Dr. Domingo Orozco de Burjassot o Padre Santonja y Barrio Quint de Mislata).

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La crisis no ha conseguido ahuyentar a los falleros. Si tenemos que apelar a las cifras oficiales -que son, al fin y al cabo, las importantes-, cualquier afirmación sobre una deserción más o menos masiva en las comisiones ha demostrado ser falsa.

La Junta Central Fallera mantiene activo el control de censos durante todo el año. Cada ejercicio, las comisiones están obligadas a presentar los nombres de los componentes de sus comisiones. Esto sirve de control, por ejemplo, para el cómputo de años para recibir recompensas, para asegurar qué personas están cubiertas por los seguros o cuales pueden participar en las diferentes actividades oficiales. Actualmente, sólo el censo adulto está plenamente informatizado -los infantiles están en proceso-.

Pues bien, según el cómputo de adultos, la incidencia de la crisis es mínima: a día de hoy están censadas 65.030 personas, lo que supone tan sólo un descenso de 146 personas respecto al año pasado por estas mismas fechas.

Esto significa que, a pesar de las restricciones económicas, los falleros han hecho todo lo posible por seguir manteniendose en sus respectivas comisiones y que, a pesar de lo mal dadas que vengan las cosas en las economías domésticas, todavía queda la válvula de escape de pertenecer a una falla.

Se puede justificar esta pervivencia en un aspecto fundamental: las fallas no es una fiesta especialmente en sus gastos mínimos; es decir, pertenecer a la comisión (sin contar gastos de indumentaria o similar). La política de cuotas y venta de lotería para sufragar las exigencias económicas no se hace especialmente gravoso. A lo que habría que añadir algunos casos en los que las comisiones hayan dado facilidades de pago, hayan rebajado las cuotas o hayan hecho ofertas para atraer nuevos falleros, unas prácticas que, de todos modos, no han sido habituales.

Las fallas con más bajas

El éxito de convocatoria de las comisiones queda confirmado aún más por otro detalle numérico: las dos comisiones que más bajas han sufrido son las de Barrio Beteró e Islas Canarias-Trafalgar. Y estas son dos de las comisiones que este año han cancelado sus bingos falleros. Aquellas comisiones que tienen o tenían este juego como forma de obtener ingresos aplicaban un sistema para mantenerse en un limbo legal: hacer falleros a los jugadores, con lo que se justificaba, de alguna forma, que los que están reunidos en el casal no dejan de ser falleros libremente asociados y no era un establecimiento de juego "pirata". La cancelación de estos dos bingos ha provocado, por fuerza, la salida de una parte de su censo. Solo con estas dos comisiones quedaría enjugado casi todo el déficit de 146 personas menos que hay en la totalidad del censo fallero.

El Barrio Beteró, sin embargo, también engrosa su censo con nada menos que 147 infantiles, lo que provoca que, ya sin bingueros, haya en sus filas prácticamente medio millar de personas.

Eso no quiere decir que la crisis no haya afectado. Casi el diez por ciento de la totalidad de comisiones ha sufrido la baja de veinte o más falleros. Las que más han sufrido son las familias: se pueden asumir una o dos cuotas, pero no cuatro o cinco.

Pero casi exactamente la misma cantidad han recibido a veinte o más falleros nuevos en sus filas. Montortal-Torrefiel y la más joven de las comisiones, Menorca-Luis Bolinches, han engrosado su censo en los últimos doce meses en casi un centenar de personas más.

Más falleras que falleros

Otro dato llamativo es que el censo fallero tiene bastantes más mujeres que hombres: 35.399 falleras contra 29.631 falleros.

En la distribución por sexos hay caso de comisiones especialmente descompensadas. Por ejemplo, en Salamanca-Conde Altea, Massarojos y Vicente Castell Maiquez, siete de cada diez miembros de la comisión son mujeres, mientras que sólo en Azcárraga figura una situación semejante, pero a favor de los hombres.