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El ingeniero de Caminos y profesor de la Universidad Politécnica de Valencia Joan Olmos se muestra escéptico en relación a un nuevo concurso de ideas para la dársena. Recuerda que los urbanistas llevan años dando ideas para ordenar esa zona. Primero fue con el Balcón al Mar y luego con el primer concurso internacional de ideas, en el que se incluyó el PAI del Grao. «Es un tema tan debatido y cambiante que organizar otro concurso de ideas me parece perder el tiempo», afirma contundente Joan Olmos, quien se lamenta de que en Valencia «no salimos de la improvisación».

A la hora de hablar del uso futuro de la dársena, Olmos es partidario de «que la dejen como está, como un gran espacio de ocio, de uso ciudadano y relacionado con la náutica». «Las experiencias de reconvertir dársenas viejas para usos modernos han sido un pequeño timo». En concreto, señaló al Port Vell de Barcelona, el mismo caso utilizado por el arquitecto Alejandro Escribano como ejemplo —«mejorable»— de reconversión de un espacio portuario.

«La idea de convertir la dársena en una zona comercial no me parece buena», apunta el experto en espacio urbano. Olmos cree que la marina, donde se encuentran el Veles e Vents, las bases de los equipos, los amarres y otros edificios de la Copa del América «debería quedar como una prolongación del paseo marítimo».

Lo mejor de esta opción es que la inversión económica sería mínima. Una de las actuaciones prioritarias para Olmos es «desmantelar las bases cuanto antes» para liberar la dársena.

Buscar el consenso vecinal

Sin embargo, antes que nada el ingeniero aboga por abordar la ordenación de la dársena desde una perspectiva global, de toda la fachada marítima, «desde la acequia de Vera hasta la desembocadura y Natzaret». «Es necesario un planeamiento a medio plazo, con consenso de los barrios y vecinos y no a partir de lo que diga un ilustre arquitecto o urbanista, que también».