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Desde el pasado 1 de marzo, Eduardo Rojas Briales es el responsable de la dirección del Departamento Forestal de la FAO, la organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. En su nombramiento al frente de la máxima autoridad internacional en el ámbito forestal ha influido su trayectoria en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de la Universidad Politécnica de Valencia y como decano del Colegio de Ingenieros de Montes.

Eduardo Rojas recibe en Roma, con "sorpresa" y "agradecimiento" el reconocimiento que supone su elección como Importante. Ha sido testigo directo y actor de los cambios experimentados en la percepción de "lo forestal" por los ciudadanos valencianos tras el desastre de 1994, con más de 100.000 hectáreas quemadas.

Su nuevo cargo le obliga a mirar en todas direcciones y a medir sus palabras, aunque en su trayectoria siempre ha habido un plus de compromiso con la gestión sostenible de los montes valencianos y en apoyo de las políticas de prevención. "Es cierto que lo de 1994 fue una llamada de atención y se produjeron cambios suprimiendo algunas limitaciones que condicionaban esa gestión y creando instrumentos como el de las Zonas de Actuación Urgente (ZAUs), aunque luego no han tenido el impacto ni la importancia que se les atribuyó cuando se diseñaron".

Eduardo Rojas ha advertido que el descenso en el número y entidad de los incendios no debería desviar el foco sobre este grave problema ambiental. "Tras una época de incendios enormes hay una pausa, tanto por el impacto que los fuegos generan en la sociedad, como por la destrucción de la biomasa. Sin embargo los incendios volverán si no se refuerzan las políticas de prevención" añade, y apunta como factores que han contribuido al descenso espectacular de la superficie quemada la inexistencia de años "malos" desde el punto de vista meteorológico "y los móviles: cada ciudadano es un vigilante en potencia".

Reivindica las políticas de prevención y diálogo permanente con los protagonistas de la conservación forestal, una tendencia que ahora deberá reforzar en la FAO. Su papel al frente del departamento forestal es coordinar los inventarios forestales, seguir los mercados de la madera y extender por el mundo la aplicación de las mejores técnicas disponibles para la gestión sostenible de los bosques. "La FAO es una referencia técnica con un enorme reconocimiento mundial que puede liderar, y de hecho y lidera, proyectos de ayuda al desarrollo vinculados a la gestión forestal", explica el ingeniero.

"En este momento, en el que está construyendo un futuro post Kyoto y se habla de los bosques como una fórmula viable para el secuestro de carbono y a la lucha contra el cambio climático, es hora de establecer una gobernanza común de los bosquesÉ y en el ejercicio de ese papel la FAO se encuentra en una situación privilegiada", concluye Eduardo Rojas.