Para recordarnos a todos el origen de las fallas tradicionales, la comisión de la falla Salamanca- Conde Altea ha decidido sorprender este año con su monumento, una alusión directa al "cant de l'estoreta".

Ayer, sobre las once y media, unas doce personas rodeaban una estructura de madera formada por una columna y un hombre con una manta encima. Una vez encajadas sus partes y tras los últimos arreglos del artista fallero (el siempre ingenioso Juanjo García), solo faltaba un último esfuerzo para levantar los más de 400 kilos del monumento principal a pulso.

El monumento está hecho con materiales naturales, madera de chopo, ropa, y trastos y muebles viejos. "La falla me parece espectacular, es un trabajo que puedes ver, no hay nada sofisticado en ella. Ahora entendemos lo que hace el maestro fallero, lo que es una falla, porque se monta y porque se hace", comentaba Elin Aynat, una de las falleras de la comisión.

La falla muestra, como nos comentaba el vocal Alberto García, "un caballete en el que se ve la evolución del ninot, desde el "parot" hasta el actual de corcho y muebles y trastos recogidos alrededor" y se ha convertido en una forma didáctica para que se sepa de dónde viene la tradición de la fiesta fallera. En palabras del artista fallero, Juan García, "procuramos que mantenga la esencia y el sabor de fallas de tipo antiguo".