­Convento Jerusalén ganó ayer el primer premio de todas las categorías rompiendo seis años de hegemonía de Nou Campanar. Una falla de 300.000 euros con el lema «Rumbo al paraíso» de Paco López Albert ganó a otra con un presupuesto de 600.000: «El Beso» de Pere Baenas.

El artista triunfador de 2010 es quien precisamente le dio a Convento su último primer premio en 2001, con «Descubrimientos del siglo XVIII». El de Picassent ha estado levantado notables monumentos en el cruce con Matemático Marzal pero se convirtió en el eterno segundón hasta las 22,15 horas de ayer cuando se hizo pública la decisión del jurado que estuvo deliberando dos horas en la sede de la Junta Central Fallera.

En ese momento Convento se convirtió en un paraíso verde de sudaderas. El color tradicional de la comisión si les trajo suerte ayer. El presidente, Jesús Barrachina, explotó de alegría después de años de agachar la cabeza y su fallera mayor Sofía Mora soltó unas lágrimas de alegría mientras el artista estaba en… cuando se conoció la decisión. Media hora más tarde aterrizaba en la falla con una gran serenidad junto con los guionistas Miguel Prim y Javier Tejero.

«Esta noche es la leche»

Barrachina fue muy claro. «Al fín ha llegado. Para mí la noche de hoy es la leche» y en referencia al galardón en comparación con el segundo, pero sin citarlo por respeto, explicó que «antes no veíamos el final del túnel pero hemos demostrado que no son imbatibles y se abre la veda. Ahora es el turno de Convento».

Barrachina no fue el único que exteriorizó su alegría. A él se unieron los Segura, padre e hijo; los Ortuño, padre e hija; Norberto Marí y otros tantos de una comisión que siempre ha luchado por estar en el primer lugar del podium pero se queda a punto de caramelo. Ahora son los reyes en el año donde todo parece posible.

En el año donde se ha destronado a Sueca de su poderío en iluminación y a Na Jordana en presentaciones y donde Convento ha conseguido desbancar a Nou Campanar, su eterno enemigo de los últimos años.

Pero el mundo de la competencia en la galaxia fallera es efímero y eso sucedió ayer en Convento. El presidente de Nou Campanar, Juan Armiñana, demostró, una vez más, su caballerosidad y acudió con su fallera mayor a Convento para fundirse en un abrazo con Barrachina y entregarle una reproducción en miniatura del «ninot» que ha estado en la exposición durante las últimas semanas. El presidente de El Pilar, Jose Camany, también hizo lo propio con su fallera mayor.

«Rumbo al paraíso» fue una profecía

­El monumento de Paco López es una conjunción de los anteriores que ha hecho para Convento y no consiguieron alzarse con el primer premio. Asi lo dijo el propio artista cuando acudió a recibir los parabienes del respetable. La falla tiene un remate arriesgado con un sol ardiendo al que se quiere coger una mujer pero en su cuerpo central hay tantos detalles infernales que hacen faltan incluso prismáticos para verlos, como el trineo de Papa Noél que quisiera Barrachina quedarse pero será pasto de las llamas.

Y en esa parte del monumento es donde el artista plasma una notable composición que llega hasta el remate y con un resultado «endemoniado», como afirmó López, y que recuerda a su falla de 2008.

Siete son las escenas. Cada una es un mundo diferente. Son sus paraísos. Es como ver una falla distinta durante la vuelta de rigor a la plaza.

En el monumento se pueden ver el paraíso fiscal, donde un árabe ve como dos esclavos se afanan en dar de blanco a los billetes de 500 dolares; el paraíso de la SGAE, dónde está Michel Jackson llegando al cielo rodeado por unos ángeles. Otro paraíso es el de la cantaora, Isabel Pantoja y su hijo «Paquirrín»; el del cine, que es un homenaje a Penélope Cruz rodeada de carteles con fotos de personajes del mundo de las fallas y figuras doradas de los Oscars. El mundo de las fallas también tiene su paraíso donde falleras frustradas son las protagonistas tras no alcanzar la corte de honor. Otro paraíso es el del artista fallero o el del valenciano, con la recreación de la Albufera con una barca y la expulsión del paraíso, con la marcha de Adán y Eva.

Paco López, que se va a Argentina a enseñar como es el mundo de las fallas, le deja una cara herencia a Pedro Santaeulalia, que recoje el testigo de la próxima falla de Convento. Y mientras Prim y Tejero, los guionistas, están en un «Nirvana Fallero»