El desmantelamiento del viejo zoo de Viveros ha arrancado más de dos años después de su clausura. Las máquinas excavadoras están derribando los edificios de servicio y los cobijos donde vivieron monos, hipopótamos, leones y otros animales, como una pareja de burros que el desaparecido escrito y poeta Rafael Alberti regaló al recinto impulsado por su sobrino, el profesor Ignacio Docavo Alberti. El zoo estuvo más de cuarenta años funcionando en una ubicación provisional. Con la inauguración en 2007 del Bioparc, un moderno zoológico ubicado en el Parque de Cabecera, el viejo se cerró y los animales fueron reubicados en otros recintos.

La parcela del zoo de Viveros se reintegrará en los Jardindes del Real, que de este modo ganan 5.000 metros cuadrados. Los Jardines del Real o Viveros, que formaban parte del desaparecido palacio del Real, son con 182.000 metros cuadrados, uno de los pulmones verdes de la ciudad.

Sobre el uso del antiguo recinto una vez desmantelado, el Ayuntamiento de Valencia decidió en 2004 recuperarlo como zona verde manteniendo algunos edificios para uso cultural.

El ayuntamiento quiere remodelar la parcela manteniendo el máximo de zonas verdes y arbolado y quitar todo el cemento posible. En concreto, se va a mantener una antigua alquería, donde estaban los servicios administrativos y la clínica veterinaria, que se reconvertirá en sede de un nuevo museo. Este espacio será gestionado por un patronato que tomará el relevo al que gestionaba el zoo de Viveros, dependiente de la Diputación de Valencia, y que pasará a denominarse Patronato de Zoología Ignacio Docavo Alberti.

En la alquería se ubicarán la colección de Docavo, que dona todo su patrimonio científico y privado, en el que destacan 200 cajas de himenópteros bracónidos (insectos), una biblioteca con 3.000 libros de zoología, entomología y ciencias naturales y 300 carpetas con ponencias públicas, artículos científicos, diapositivas, vídeos, proyectores e incluso los muebles de su propio despacho.

200 cajas de insectos

Además de la colección del fundador del zoo de Viveros, el nuevo museo albergará, siempre según la propuesta inicial de 2004 aprobada por el Ayuntamiento de Valencia, la colección de moluscos del fallecido malacólogo Siro de Fez Sánchez y la de la Fundación Torres Sala, que está formada por 163 especies de coleópteros, 62 moluscos continentales y 67 moluscos marinos.

Los antiguos gestores del museo solicitaron mantener más edificios para las colecciones, pero el ayuntamiento sólo mantendrá la alquería y algunas construcciones complementarias para ganar el máximo posible de zonas verdes.

El nuevo museo llega con años de retraso pues el plazo previsto para la puesta en marcha del nuevo museo era 2007. La idea era crear un nuevo espacio educativo-cultural con un discurso de proximidad con el nuevo museo de ciencias Ignacio Docavo, el museo San Pío V y el propio jardín de Viveros. El nuevo espacio buscaba convertirse en un nuevo referente de la botánica y la entomología.

De la parcela del viejo zoo se segregará una parte para dársela a la ampliación de la calle Genero Lahuerta que de este modo quedará conectada con el Museo San Pío V. El Ministerio de Cultura planteó abrir una nueva entrada al museo por esta calle, pero la falta de acuerdo con las permutas del suelo han hecho decaer la propuesta. Finalmente se abrirá una nueva puerta lateral, en un jardín ubicado entre San Pío V y Viveros propiedad del ministerio.