Amparo, Amparito, Empar, María Amparo, Amparoles, María de los Desamparados... Las denominaciones pueden ser distintas, pero el nombre responde a la memoria de una sola virgen: la Mare de Déu dels Desemparats, patrona de los valencianos. Sin embargo, donde antaño hubo miles y miles de niñas que recibieron el nombre de Amparo, hoy son minoría.

Es más, la mayoría de las Amparos de hoy responden a la memoria de sus abuelas o, cuanto menos, a la permanencia de un nombre familiar que casi está en peligro de extinción.

En total, y según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Valencia constan 24.262 Amparos empadronadas en Valencia desde 1930 hasta 2000. El nombre en cuestión ocupa el puesto número 5 de la clasificación, superado por María (1º), María del Carmen, Carmen y Josefa.

Tanto en Castelló como en Alicante estos primeros cuatro nombres también copan los primeros puestos de la lista, aunque la quinta plaza -la que ocupa Amparo- es sustituida por María Dolores en Alicante, y por María Teresa, en Castelló.

Máximo esplendor

El esplendor de las Amparos se vivió durante la década de los años 30, en la que 55 de cada mil bebés nacidos recibían ese nombre. A partir de ahí, la cosa fue cada año a menos, aunque el gran descenso se notó en la década de los 70.

En los años 90, tan solo 3 de cada 1.000 niñas fueron inscritas con el nombre de Amparo en Valencia, aunque el gran descenso se ha producido en la década del año 2000, donde tan solo 206 niñas valencianas han recibido este nombre en diez años.

Si en Valencia el descenso se nota, en Castelló y Alicante las Amparos están más que a la baja. En la provincia de Castelló, durante la década del año 2000 tan solo 7 niñas han recibido el nombre de Amparo, mientras que en Alicante han sido 37.

Eso sí, ya sean de Castelló, Valencia o Alicante, las Amparos siguen celebrando, cada segundo domingo de mayo, una fiesta que se cuenta entre las de mayor fervor en la Comunitat Valenciana.