La Asociación de Vecinos Cabanyal-Canyamelar alertó ayer de que a raíz de la paralización del plan especial del Cabanyal se está produciendo "la mayor suspensión de licencias" que ha conocido el barrio en toda su historia. El Ayuntamiento de Valencia no sólo ha dejado de conceder licencia para obras mayores y menores de obra y rehabilitación, también ha dejado de tramitar las licencias de creación de nuevas actividades económicas, dentro y fuera de la zona de la controvertida prolongación de Blasco Ibáñez.

En plena crisis, esta situación está llevando a la asfixia económica a un barrio ya de por sí castigado por años de degradación urbana y de conflicto social y judicial.

Según explicó el presidente de la asociación, Vicente Gallart, la suspensión en la concesión de licencias de obras se ha hecho extensiva a la creación de nuevas actividades económicas en el barrio, incluso aquellas consideradas "inocuas" que no precisan ninguna adaptación del local. Una de las últimas licencias denegadas afecta a una tienda de decoración en la calle Barraca. "A día de hoy no puedes ni abrir un quiosco", apuntó ayer Gallart. La asociación teme una fuga de nuevos empresarios que vean imposibilitada su voluntad de abrir un negocio.

El Ayuntamiento de Valencia ha optado, tras meses de enfrentamiento con el Gobierno, por una aplicación radical de la orden de suspensión del plan especial dictada por el Ministerio de Cultura, lo que en la práctica se traduce en la paralisis del barrio. La situación se prolongará hasta que el Tribunal Constitucional resuelva el recurso gubernamental contra el plan urbanístico, según prevé el gobierno de Rita Barberá.

"Como no hay licencias de obra, no hay posibilidad de solicitar ayudas para rehabilitación", señalan los vecinos. Las pequeñas constructoras y los albañiles autónomos va a ser uno de los sectores afectados porque "no encontrarán trabajo en su barrio" así como las empresas de materiales de construcción. La asociación se preguntó si la suspensión de licencias alcanzará a las celebraciones de la Fórmula 1 este mes.

El primer teniente de alcalde, Alfonso Grau, replicó ayer que la orden de Cultura "es la única causante del frenazo en la concesión de licencias"."Los que han aplaudido la decisión arbitraria del Gobierno se dan cuenta ahora de sus nocivas consecuencias". En relación a la F1, recordó que el circuito está "a un kilómetro de distancia".