La actual situación de las casas abandonadas del barrio del Cabanyal ha sido la piedra angular del taller de trabajo "En3barrios", que ha aglutinado en la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) a un total de cinco equipos multidisciplinares formados por 55 futuros arquitectos japoneses, alemanes y valencianos.

Una de las propuestas que atrae mayor atención es la titulada "La forma del espacio y sus vacíos", que apuesta por una adecentamiento temporal y ecologista de los espacios degradados del barrio marítimo a través de diversos "cubos verdes" y "talleres de formación artística".

Luis Francisco Herrero, director de la iniciativa y profesor de la UPV atendió a Levante-EMV y explicó que "se trata de un proyecto que apuesta por una intervención efímera que permite edificar los actuales solares abandonados y en ruinas de la zona".

El proyecto se basa en el emplazamiento de tres tipos de cubos verdes de diferentes medidas (45, 90 y 240 centímetros) a lo largo y ancho de todo el nexo abandonado. Los dos primeros tipos se convertirían en elementos individuales de descanso y el tercero en áreas de mayor tamaño similares a casetas.

De forma solapada, también se propone la actuación "Cabanyal portes obertes 2010, murs oberts", centrada en la apertura de los inmuebles tapiados, para utilizarlos como talleres artísticos.

Herrrero comentó que "el espíritu de la propuesta es cambiar una ciudad de zombis, donde las casas se utilizan para comprar y vender droga, por un emplazamiento para artistas. Se apuesta por ceder los actuales edificios abandonados a gente con inquietudes intelectuales. Se cambia una convivencia termita por una concepción más humana".

La propuesta cuenta con un toque original, ya que propone la apertura de espacios de entrada y salida similares a sombras en diferentes partes de los domicilios, "la verdad es que los chavales se fijan en cosas diferentes".

Todos los trabajos presentados han sido concebidos en tres días y plantean actuaciones en la zona acotada por las calles San Pedro, Luis Despuig, Los Ángeles y Escalante, una de las más afectadas por la problemática.Otro de los ejes de los proyectos es la transversalidad, o tipología de las vías del territorio afectado. Herrero expuso que "uno de los argumentos del plan de derribo es que la gente se pierde en las calles del Cabanyal cuando quiere ir al mar y esto no es cierto, si uno toma una dirección puede seguir su camino sin problemas. Lo que pasa es que casi todas las travesías finalizan en Doctor Lluch y sólo tres llegan al mar".

Uno de los grupos de trabajo, integrado por una mayoría teutona, ha apostado por convertir a la calle de los Pescadores en un futuro eje viario. Para ello, plantean la construcción de un gran equipamiento de caridad en la antigua fábrica de hielo (de 1.200 metros cuadrados de extensión).

La idea también se apoya en un impulso de los comercios de la zona, "incentivando su cercanía hacia las travesías". Los estudiantes han tomado como ejemplo la calle Justo Vilar, que cuenta con un equipamiento físico clave en la actualidad como el conocido mercado del Cabanyal.

Por último, también destaca el estudio realizado por futuros arquitectos españoles y alemanes sobre la calle Serrería. El documento se centra en la utilización de la avenida como nexo de conexión del barrio del Cabanyal con la ciudad, a través de diferentes equipamientos verdes "que sirvan de grapa entre el barrio marítimo y el resto de Valencia". Herrero puntualizó que "se centraría en utilizar la zona no como un límite, sino como una frontera humana".