"Los milagros de San Vicente Ferrer fueron muchos. Sin embargo, uno de ellos es recordado, año tras año, con ferviente devoción: el de los niños huérfanos a los que acogió. Mantener una fiesta de manera ininterrumpida durante más de 600 años también es un milagro". De esta forma resume el presidente de la Fiesta dels Xiquets de San Vicent la procesión que se celebró ayer en la ciudad y que reunió a miles de niños y adultos, a pesar de la lluvia que, sin embargo, deslució la fiesta. Los paraguas fueron protagonistas de la jornada y los asistentes se vieron obligados a realizar el recorrido a buen paso, y solo hasta la mitad. Y es que una vez llegaron el templete donde se coloca la imagen -ubicado entre los números 26-28 de la calle San Vicente-, la comitiva se retiró.

Pero la fiesta continúa hoy. La imagen de San Vicente Ferrer permanecerá expuesta durante todo el día de hoy. Además, a las 22.30 horas, tendrá lugar un concierto de la banda General Barroso-Litógrafo Pascual y Abad, que concluirá su actuación con el himno regional, que coincidirá con la baja del santo y el disparo de una traca de colores. Será entonces cuando los clavarios y la Junta de Gobierno trasladen la imagen del santo hasta el domicilio de la clavariesa mayor, María Lluna Aparisi, donde permanecerá todo el año.

La procesión de los niños de Sant Vicent Ferrer se celebra de forma ininterrumpida desde el año 1625. El presidente de la Asociación de la Fiesta de los Niños de San Vicente explica que "en 1410, Sant Vicent realizó una labor extraordinaria cuando decidió encargarse de todos aquellos niños que estaban desprotegidos, vivían en la calle y estaban expuestos a miles de peligros. Los pequeños, para conseguir dinero para la asociación salían en procesión y recaudaban fondos".

La comitiva partía desde la iglesia de San Agustín, porque en la denominada "Casa de Hierros" era donde se encontraba el hospicio de los pequeños. Pero el rey Carlos V le cedió a la institución el Colegio Imperial -ubicado en una manzana del centro de la ciudad- y los niños se trasladaron allí. Fue en 1624, y los comerciantes y vecinos de las inmediaciones de la iglesia de San Agustín no dudaron en realizar la misma procesión que hacían los niños de San Vicente "en homenaje y en honor a ellos, y a la gran labor que realizó su fundador: San Vicente Ferrer".

La asociación de la Fiesta de los Niños de San Vicente nació hace ahora 385 años para "mantener la tradición". Es más, "invitamos a todos los valencianos a que se acerquen hasta las instalaciones que el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer tiene en San Antonio de Benageber. "La labor que realizan allí es tremenda. Y es destacable que, de los 100 niños que hay, ninguno ha tenido en 5 años un problema de salud. Sant Vicent los protege".