Un grupo de locales del barrio del Carmen se ha rebelado contra las medidas que se quieren implantar dentro de la Zona Acústicamente Saturada (ZAS) y, en cierta manera, contra la entidad que los representa en la Mesa del Ruido, que es la Federación de Hostelería. Lo han hecho desde la Unión Gremial de Valencia y también desde la asociación de hosteleros y comerciantes del barrio Albarca, que en este momento está tutelada por la Federación de Hostelería pero que quiere recuperar autonomía y voz en la mesa de negociación, aseguró Joan Antoni Rodilla, presidente de la Asociación de Actividades Diversas de la Unión Gremial y dueño del Café Lisboa. De entrada, han iniciado una recogida de firmas entre los residentes del barrio que ya va por las 300 en apenas una semana.

Rodilla explicó que su principal preocupación son las terrazas, a las que pretenden recortar los horarios al menos una hora y adelantar el cierre a las 12 de la noche. Según dice, las terrazas son la novena preocupación de los residentes en el barrio, sin embargo representan el 40% del volumen de venta de la hostelería, de manera que su reducción obligaría a cerrar establecimientos, reduciría un 15% el número de puestos de trabajo en los locales que quedaran, y caería el pago de impuestos o las ventas en establecimientos como el Mercado Central.

Ocurre, además, que los sonómetros han detectado que cuando las terrazas están abiertas hay menos ruido que cuando las quitan o que calles como Colón o las Grandes Vías son más ruidosas que cualquier otra del Carmen.

Rodilla propone, pues, que se trabaje en factores como el tráfico, el botellón o las tiendas de conveniencia, que son las que generan el ruido en calle. Es más, pide que la policía se implique más en la vigilancia y control de estas actividades.

De quien no parecen esperar muchas cosas es de sus representantes en la mesa del ruido: la Federación de Hostelería. Según Rodilla, la Asociación Albarca, con la que él y el resto de locales se siente identificado, se ha dado cuenta de que "a la Federación de Hostelería el centro no le interesa", prueba de lo cual es la "diferencia de actitud en la defensa de los chiringuitos de la playa y los locales del Carmen". "Allí hasta reparten clóchinas y aquí convocan una rueda de prensa y poco más", dice.

Iniciativa propia

Así pues, este grupo de locales, amparados por la Unión Gremial de Valencia, ha decidido recuperar la iniciativa y potenciar la autonomía de Albarca.

Su primer paso ha sido recoger firmas entre los residentes para presentarlas en el mes de septiembre en el registro municipal. "Ya llevamos trescientas en una semana", dice Rodilla, quien se pregunta a quién representa la Asociación Amics del Carme, impulsora de la ZAS. Así mismo, piden que Albarca tenga voz propia en todas las mesas donde se negocie el futuro del barrio.