Madrid cuenta con una población que cuadruplica la de Valencia. Sin embargo, su alumbrado público consume la mitad por habitante. Barcelona duplica, directamente, su censo respecto al de la capital del Túria. Pero las farolas de Barcelona también gastan casi la mitad. Sin lugar a dudas, Valencia es una de las ciudades con más farolas por habitante, lo que no quiere decir -según los socialistas- que sea "la mejor iluminada". Y es que, por si fuera poco, hay distritos de la ciudad, como el de de Ciutat Vella que con 5.995 puntos de alumbrado gasta más que, por ejemplo, Els Poblats Marítims, que cuenta con 9.425 puntos de luz.

Pagar el alumbrado público de Valencia en tiempos de crisis comienza a ser un problema para el gobierno de Rita Barberá que convirtió en el alumbrado público uno de sus grandes estandartes, con inversiones millonarias. Solo en conservar la iluminación, el ayuntamiento invirtió más de seis y ocho millones de euros al año de 2002 a 2008, y destinó partidas de siete y ocho millones de euros en 2003 y 2009.

Barberá no ha escatimado en iluminar la ciudad. Sin embargo, cuando ha habido que recortar ha sido una de las concejalías más perjudicadas. Y es que desde 1992, en Valencia se han gastado más de 160 millones de euros y se han incrementado en 52.000 el número de farolas instaladas, hasta alcanzar las 97.000. Pero iluminar la ciudad ha supuesto un gasto considerable para las arcas municipales ya que la factura energética ha pasado de 2,7 millones de euros en 1992 a los 9,8 millones destinados a esta partida en los presupuestos de 2010. En el mismo periodo, el consumo de kilovatios a la hora ha pasado de 34.370.916 a 89.264.584. Dicho consumo es muy similar al de Barcelona (94.620.000 kw/h) y supone sólo la mitad del de Madrid (185.015.000 kw/h). Y es que en Valencia -con un gasto de 110 kw por hora y habitante- hay una farola por cada ocho vecinos. Pero, al parecer, no todos los puntos de luz consumen lo mismo.

El ayuntamiento, en una apuesta clara por reducir ahora el consumo energético, ha sustituido el alumbrado de dos puentes de Santiago Calatrava, ha ajustado el horario de encendido, ha reducido la iluminación de algunos monumentos y ha decidido apagar algunos puntos de luz. Ver farolas con cuatro luminarias que solo tienen dos encendidas está a la orden del día. Sin embargo, todas estas medidas "se están adoptando a salto de mata", según el PSPV porque, además, "hay zonas que consumen más, pese a tener menos farolas. Sin una planificación no conseguiremos reducir el consumo sin tener que desconectar los puntos de luz".

Por ello, la concejala del PSPV Carmina del Río exigió ayer una auditoría energética de las instalaciones y componentes del alumbrado público exterior "para conocer con exactitud los puntos de luz, tipo de luminarias y de lámparas, equipos de encendido y sistema de regulación y control que hay instalados".

Para Carmina del Río la prioridad del ayuntamiento debe ser "convertir Valencia en la ciudad mejor iluminada. Hay que reducir el consumo hasta los 75 kw por hora y habitante".