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Los 14 chiringuitos del paseo marítimo de Valencia tendrán que desmontar sus terrazas antes del 15 de octubre, tal como pactaron con la Demarcación de Costas a cambio de una concesión de cinco años. Ayer, los hosteleros intentaron revertir esta situación y conseguir que el Gobierno les permita mantener los cerramientos, pero no hubo acuerdo. Todo lo que consiguieron fue que Costas les deje tenerlos hasta que el Ayuntamiento les dé la licencia de obras para quitarlos, permiso que podría demorarse por los numerosos defectos que el consistorio dice haber encontrado en las solicitudes.

La reunión de ayer se celebró a petición de la concejala de Playas de Valencia, Lourdes Bernal, que creía que la Demarcación de Costas estaba dispuesta a negociar la competencia sobre los usos del paseo marítimo. De hecho, dijeron fuentes de la concejalía, Bernal se hizo acompañar de un secretario y un técnico de Urbanismo.

Estas fuentes explicaron, sin embargo, que la reunión fue "dinamitada" por la inesperada presencia de Javier Arnal, alcalde de Serra y hermano y portavoz del dueño de uno de los restaurantes. Su postura favorable al Gobierno crispó la reunión y al final sólo se habló de la concesión, dijeron las fuentes, que aseguraron que no hubo avances.

El ministerio recordó que el plazo para retirar los cerramientos expira el 15 de octubre, por lo que instó a los restaurantes a iniciar las obras en septiembre. De todas formas, como "los interesados no disponen a fecha de hoy de la licencia de obras" pese a haber transcurrido "más de dos meses" desde que la solicitaron al Ayuntamiento, Costas "ha aceptado con flexibilidad que el desmontaje se pueda prolongar hasta que los concesionarios dispongan de todos los permisos necesarios o, en cualquier caso, hasta que el plazo establecido para ello haya expirado", dice Costas.

Eso, en cierta manera, puede permitir que el proceso se demore en el tiempo, sobre todo por las exigencias del ayuntamiento para conceder esa licencia.

Según la Concejalía de Playas, la solicitud presentada por los chiringuitos tiene al menos dos defectos: que la presentó el presidente de la asociación de hosteleros sin acreditar que tiene la representación de todos ellos y que alegan que están obligados por una resolución ministerial y no aportan copia de la misma. Ocurre, además, que "se trata de una obra mayor" y "no han presentado ni planos ni proyecto".

Enfrentamiento político

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, declaró ayer que la "falta de acuerdo" sobre el conflicto de los chiringuitos "es una demostración de la actitud sectaria y de agravio permanente contra Valencia" del Gobierno central. Según dijo, durante la reunión hubo "dureza" en la posición del Gobierno y "tono jocoso" respecto al cambio de competencias. "Incluso se ha llegado a decir a los propietarios de los chiringuitos que se vayan preparando a septiembre para levantar las terrazas", dijo.

Por su parte, el delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, resaltó la voluntad del Ejecutivo socialista de alcanzar un acuerdo con los chiringuitos. A su juicio, los problemas se reducen a las playas de Pinedo y el Saler.