"Está ampliamente demostrado que la peatonalización de calles es la solución más eficaz para disminuir los niveles sonoros derivados de tráfico rodado". De esta premisa parte la propuesta de nuevas peatonalizaciones en Ciutat Vella contempladas en los planes de acción contra la contaminación acústica recién aprobados por el Ayuntamiento de Valencia.

El objetivo del ayuntamiento es quitar tráfico rodado en 30.000 metros cuadrados de Ciutat Vella, un distrito que tiene una superficie de 1,6 millones de metros cuadrados. En el centro histórico ya se han liberado de tráfico casi 60.000 metros cuadrados de calles, lo que sumado a las que hay en proyecto supondrá ganar para los que van a pie un 5,6% de la superficie total del distrito.

Según el plan de acción contra la contaminación acústica de Ciutat Vella, se llevarán a cabo peatonalizaciones totales o parciales en 23 calles del Centro Histórico, como Correos, Roger de Lauria y Sangre. Convertir estos ejes del entorno de la plaza del Ayuntamiento, que en la actualidad tienen un uso intensivo, en zonas de tráfico cero requerirá de una remodelación del tráfico en profundidad.

El ayuntamiento hasta ahora había peatonalizado calles trasversales al Oeste de la plaza del Ayuntamiento, como las calles Cotanda y En Sanz. En la próxima tanda se seguirá avanzando en ese sentido en la calle de la Sangre y además se entrará en la parte Este, junto al edificio de Correos. Entre las calles Garrigues y la Sangre se van a peatonalizar 1.487 metros cuadrados y en Moratín otros 1.330.

En la manzana que forman las calles Roger de Lauria, Pascual i Genís, Pérez Pujol y Correos se ganarán para el peatón 5.182 metros cuadrados. Por superficie, le sigue el entorno formado por la plaza Manises, Portal de Valldigna, Salinas, Mare Vella y Lander, donde se peatonalizarán 3.314 metros cuadrados.

Con el propósito de evaluar el efecto acústico que tiene la peatonalización de las nuevas calles incluidas en los planes contra el ruido, la concejalía que dirige Lourdes Bernal encargó estudios predictivos de los niveles de ruido en fachada a cuatro metros de altura y el número de personas afectadas por la actuación.

Con estas intervenciones, el ayuntamiento estima que en el conjunto de Ciutat Vella se disminuirá en un 10% la población afectada por el ruido excesivo en periodo de día y en un 15% en periodo de noche. La calle de la Sangre registra niveles de ruido nocturno de entre 55 y 65 decibelios, los mismos que en la calle correos. Las vecinas calles de las Barcas y San Vicente registran los niveles más elevados (65-70 decibelios).

Récord de niveles de ruidos

El récord lo tiene el cruce de la plaza de San Agustín con Guillem de Castro los niveles de ruido nocturno alcanzan los 70 decibelios, muy por encima de los 45 decibelios que recomienda la OMS.

Las peatonalizaciones en Valencia, una ciudad que sigue potenciando el uso del coche, según apuntan expertos en movilidad de la UPV como Vicent Torres, han ido haciéndose con cuentagotas. El ayuntamiento asegura que esta medida deben ir acompañadas de estudios de movilidad y tráfico para que no acaben "penalizando" acústicamente otras calles.

El distrito de Ciutat Vella ha concentrado hasta ahora la práctica totalidad de las actuaciones de peatonalización ejecutadas o en fase de ejecución. Desde 1992 se han llevado a cabo numerosas intervenciones de modo que, según los datos que maneja la Concejalía de Contaminación Acústica, se han multiplicado por 20 los metros cuadrados de calles peatonales.

El ayuntamiento no es partidario de las peatonalizaciones drásticas y desde 2003 se ha optado por acondicionar una parte de la vía para el paso de transeúntes y el resto dejarlo para el coche instalando pavimentación fonoabsorbente o pavimento adoquinado.

La oposición socialista en el Ayuntamiento de Valencia considera que las medidas de los planes de acción contra la contaminación acústica son muy ambiciosas pero nacen con un problema de base que es la falta de financiación. La concejal del PSPV Carmina del Río apunta que el plan anuncia que se organizará una patrulla verde, pero no dice cuántos agentes a formarán, ni cómo se van a arbitrar las subvenciones para los conductores que pongan neumáticos antirruido, como prevé el plan. También se echa en falta, señala del Río, un plan específico para las zonas de ocio.