El juzgado de lo penal número ocho de Valencia ha condenado a un protésico dental con consulta en la calle Carteros de Valencia a cuatro meses de multa con una cuota diaria de 12 euros al día por un delito de intrusismo laboral.

El protésico dental fue condenado por ejercer la labor de odontólogo-estomatólogo con uno de sus pacientes, un menor de edad, excediéndose así en sus funciones, que únicamente le habilitan a "ejercer su función en el ámbito del laboratorio protésico, diseñando, fabricando y reparando prótesis y aparatos de ortodoncia a instancias y bajo la dirección del odontólogo o estomatólogo", tal como dicta la sentencia.

El condenado, sin embargo, "prescribió al paciente una prótesis removible que fue objeto de sucesivos retoques en las visitas que el menor efectuó a la clínica y al laboratorio del acusado, sin la dirección de facultativo alguno", algo que el condenado negó en un primer momento ante el juez, pero que posteriormente quedó probado gracias a la declaración del afectado, quien aseguró que únicamente en la primera visita fue atendido por una odontóloga.

Posteriormente, el acusado terminaría por confirmar la versión del paciente, al declarar que "en las siguientes visitas, realizaba actuaciones en el aparato directamente, cada semana le daba la vuelta a un tornillo para expansionar el paladar" y que en éstas ocasiones, no disponía de directrices por escrito de la persona titulada.

Por último, incluso la propia odontóloga y la enfermera de la clínica testificaron en la misma línea. La primera, negó "rotundamente" haber autorizado al acusado a hacer "ningún tratamiento de ortodoncia" al paciente "ni haberlo dirigido". De hecho, afirmó "trabajar como autónoma" en la clínica del acusado ejerciendo "odontología conservadora -obturaciones o endodoncias- pero sin dirigir ortodoncias" en ningún caso.

Por otro lado, la enfermera afirmó que los días de revisión de ortodoncias -uno de cada 28-, en la clínica estaban ella y el acusado y "muy excepcionalmente" la odontóloga.

Además, la familia del menor también demandó al protésico dental por lesiones imprudentes hacia su paciente, por lo que desde la acusación particular se reclamaron un año y tres meses de prisión y la inhabilitación especial para el ejercicio de cualquier actividad bucodental.

No obstante, según el magistrado, los daños en el paciente "no han quedado suficientemente acreditados que fuesen producidos por el tratamiento ortodóncico prescrito por el acusado", por lo que quedó absuelto.

Con todo, la sentencia no es firme, ya que cabe recurso de apelación por parte del condenado ante la Audiencia Provincial, que podrá interponerse en un plazo máximo de diez días.