"Todavía paso miedo cuando atravieso este punto o un paso a nivel en coche o en autobús. Tengo que cogerme al asiento para pasar el trago". Pepi Bermudo es una de las supervivientes del accidente de Xirivella que hace 30 años acabó con la vida de 27 personas y dejó medio centenar de heridos, cuando un tren que cubría la ruta Madrid-Valencia arrolló a un autobús de línea abarrotado que hacía el trayecto desde la capital a Torrent.

Tres décadas después, afectados y familiares de los fallecidos no pueden evitar recordar en estas fechas lo que fue una de las mayores tragedias en la historia del transporte público valenciano, que les dejó imágenes y experiencias sobrecogedoras. "Cuando pasó el accidente de metro, hace 4 años y cuando sucede algún accidente similar lloro, porque me acuerdo de hace 30 años. Aquello nos marcó por mucho tiempo", narra Ana Mª Manrique, nuera de Encarnación Soriano y Julio Silla, un matrimonio que falleció en el accidente.

Eran las 18.30 horas del 24 de septiembre de 1980. Un autobús de la empresa Vasa transportaba a más de 70 personas a su paso por Xirivella, puesto que había coincidido con la salida del trabajo del personal de la empresa Feycu, que utilizaba este transporte para volver a Alaquàs, Torrent o Aldaia. Decenas de pasajeros viajaban incluso de pie. En la intersección de la carretera con las vías del tren, el autocar encontró las barreras del paso a nivel levantadas y cruzó. Un tren procedente de Madrid arrolló el autobús que quedó convertido en un auténtico amasijo de hierro. Los gritos de los heridos se entremezclaron con los del guardabarreras, que pareció enloquecer, según recogen diferentes crónicas de la época. El fatídico paso a nivel era uno de los pocos que todavía se accionaba de manera manual.

En el momento del suceso, el choque entre los transportes arrebató la vida a 25 personas, cifra que se elevó a 27 días después. Los supervivientes -además de los pasajeros del tren- viajaban en la parte trasera del autobús, cuyo conductor quedó empotrado en la máquina del convoy. Los afectados recuerdan con agradecimiento que los primeros en llegar "y en auxiliar a los heridos" fueron los trabajadores del polígono de Xirivella que salieron de las fábricas y se enfrentaron a numerosos cadáveres desperdigados y decenas de heridos que aún estaban entre los restos del autobús. Además, miles de valencianos respondieron a la petición masiva de donaciones de sangre.

Xirivella, Alaquàs y Aldaia lloraron la pérdida atroz de vecinos, aunque fue en Torrent donde se contabilizó el mayor número de fallecidos. Precisamente por ello, el funeral se celebró allí, en la plaza Obispo Benlloch. El arzobispo de Valencia, José María Roca Cabanellas ofició la eucaristía junto a 24 sacerdotes y frente a los féretros, arropados por unas 50.000 personas. "Queridos hermanos, sé que en un momento como éste las palabras sirven de poco", comenzó Roca.

Cuando terminó la misa, el nerviosismo se desató por el miedo a confundir los féretros. "Entonces cogí el micrófono y organicé la salida de cada fallecido uno a uno rumbo al cementerio. Se alargó más de dos horas", recuerda el concejal socialista de Torrent, Valentín Fernández, encargado de organizar el sepelio.

La indignación por lo ocurrido fue tal que grupos de personas se congregaron una semana después en el punto de la tragedia en una manifestación no autorizada y arrojaron piedras al tren. Acabó con una carga de los "grises". El 15 de octubre, unas 8.000 personas, incluidos casi todos los alcaldes de la comarca, se manifestaron de nuevo de manera pacífica y pidieron la supresión de los pasos a nivel. Iniciaron la marcha en las diferentes localidades golpeadas por la fatalidad y se reunieron en las vías del tren para recordar a las víctimas.

Los afectados interpusieron reclamaciones ante Renfe y dos años después, cobraron las primeras familias, mientras que el resto lo hizo tras siete ejercicios. Con todo, tal como confiesan, nada ni nadie podrá liberarles del eterno dolor.

La fatalidad golpea dos veces a Torrent

Torrent ha llorado la pérdida de vecinos por brutales accidentes en transportes públicos en dos ocasiones. El arrollamiento en Xirivella arrojó un saldo de 17 fallecidos en 1980. Sin embargo, no fue la primera vez que la desdicha golpea a esta ciudad. El 3 de julio de 2006, el accidente de la Línea 1 de MetroValencia, 18 de las 41 personas que perecieron, eran ciudadanos de Torrent.