El Ayuntamiento de Valencia espera una importante afluencia de público mañana, día 8 de octubre, para visitar, ver y fotografiarse con la Reial Senyera, una idea de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, que echa a andar este año con vocación de continuidad. En consonancia con estas previsiones, los organizadores del acto ha montado un importante dispositivo de seguridad que comienza por acordonar un carril para la visita, colocarle una custodia permanente a la bandera y prohibir cualquier contacto físico con ésta. Los interesados sólo pondrán admirar y hacerse fotos ante la insignia de todos los valencianos, una tela de 80 años de antigüedad que aglutina toda la simbología de la fiesta de la comunidad. En contrapartida, recibirán un folleto informativo sobre la Senyera y podrán cursar visita al Museo Histórico.

Según explicaron fuentes municipales, el acto, bautizado con el lema "Junt a la Senyera", comenzará a las 11 de la mañana y terminará a las ocho de la tarde, teniendo como epicentro el Salón de Cristal de la casa consistorial. Allí se colocará la bandera custodiada por dos policías locales con uniforme de gala.

Los asistentes entrarán por la puerta principal del Ayuntamiento, subirán por la escalera central, pasarán ante la Senyera y continuarán visita al museo, todo ello por un pasillo debidamente acordonado y organizado.

No se permitirá ni tocar ni besar la tela, sólo hacerse fotos con sus cámaras personales para así tener un recuerdo del momento.

Para los visitantes, eso sí, el Ayuntamiento ha ordenado imprimir unos folletos informativos, redactados en valenciano y en castellano, en los que se cuenta la historia de la bandera y su vinculación con el 9 d'Octubre.

Con este acto, que no tiene precedentes en Valencia, el ayuntamiento refuerza aún más su presencia en la fiesta de la Comunitat Valenciana. Hay que tener en cuenta que la Reial Senyera se custodia en el Ayuntamiento y únicamente sale de allí descolgándola por el balcón consistorial (se hace así para no inclinarla al paso por la puerta) para entregarla a su portador en la Procesión Cívica, privilegio que sólo tienen los concejales de la corporación. Este año le toca el turno al popular Ramón Isidro.