Tras recorrer más de 250.000 millas náuticas y ser bañado por seis de los siete océanos del planeta Tierra—todos menos el Ártico—, el buque-escuela medioambiental RV Heraclitus descansará en Valencia durante los próximos cinco meses.

Enclavado en la zona norte de la Marina Juan Carlos I de Valencia, el característico navío será revisado y reparado en aguas valencianas durante su descanso hibernal, tras atracar en el puerto levantino el pasado 11 de septiembre. En la actualidad la tripulación del RV Heraclitus está formada por seis miembros procedentes de diferentes países: Eri Zuna (Islas Solomon), Juan Campos (Argentina), Abigail Shapiro (EE UU), Mou Yip (EE UU), Claus Tober (Alemania) y Eddie Nemoy (Holanda). Seis personas que han apostado por una vida nómada mecida por las olas. Campos, segundo oficial al mando, explicó que «todos hacemos de todo, con la intención de aprender los aspectos básicos de la navegación. Cocinamos, leemos los mapas, cogemos el timón...».

El buque-escuela fue construido por el instituto Ecotechnics (EE UU) en 1975 y en la actualidad está operado por la firma Planet Water Expeditions. Fue botado en el puerto estadounidense de Oakland hace 35 años. Para su primer viaje apostó por un rumbo insólito, ya que tomó el Canal de Panamá por el oeste, «en una clara inversión de los habituales itinerarios». Desde entonces, ha dado la vuelta al mundo por mar un total de cuatro veces y ha participado en diversas operaciones de integración cultural: sus tripulantes han conocido la magia de los chamanes del Amazonas, la hospitalidad de zonas marítimas como Tánger, la virginidad de las playas del Caribe, la dureza de las costas australianas... Por las entrañas del RV Heraclitus han pasado más de 200 personas de 80 países diferentes. Eri Zuna recuerda que «contamos con una compañera valenciana llamada Elena, aunque no recuerdo su apellido». Tienen cinco meses pare reencontrarse de nuevo.

Una tripulación 100% voluntaria

Dos son los condicionantes que unen a los tripulantes de un buque-escuela como el «RV Heraclitus»: su amor por el mar y su total voluntariedad. Ninguno de los marinos embarcados en la actualidad en el barco didáctico cobra cantidad alguna. Juan Campos apuntó que «yo estaba trabajando en un bar de Puerto Rico y vi cómo llegaba el barco. Enseguida me sentí fascinado y decidí interesarme por lo que hacían. De eso ya hace siete meses y aún me quedan muchos años».