Si hay un negocio característico de esta crisis, ése es el de la compra-venta de oro. Para José Ramón López, además, no era una actividad desconocida, pues durante 20 años tuvo una tienda dedicada a ello.

Cuando en 2008 tuvo que cerrar el último negocio que había abierto (venta de productos tóxicos) y se vio sin empleo decidió volver a lo que conocía. Tiró de ahorros e invirtió unos 60.000 euros en su nuevo establecimiento. La seguridad es muy costosa en este tipo de actividad.

Un año después de su apertura en la calle Cuenca, 52, José Ramón, de 52 años de edad, dice lo que todos: «Vamos aguantando como podemos porque hay mucha competencia y es muy desleal». Pero tiene la esperanza de poder mantener el tipo.

En su opinión, «ésta es la peor crisis que se ha vivido en España». «Estos años de atrás todo funcionaba de maravilla, se trabajaba bien, se cobraba bien, el dinero se movía y nadie tenía problemas, pero en 2008 tuve que cerrar y buscar otra cosa», relata. Si pensó en la compra-venta de oro es porque no hay muchas opciones de empleo para él y, según reconoce, «la única salida era aprovechar mi experiencia».