Las grietas que provocaron las obras del metro en la iglesia de los Santos Juanes se han estabilizado, tras sacar a la luz las fases de restauración de la iglesia que aún están pendientes.

El compromiso de la Conselleria de Infraestructuras y Transportes era que las fisuras se repararían cuando acabara la excavación de subsuelo, según anunció en el mes de mayo el director general del área, Vicente Dómine. Tras el avance de que los trabajos concluirán de forma definitiva a principios de año (apertura de la zona al tráfico, incluida), el arquitecto técnico de los Santos Juanes, Manuel Galarza, afirmó ayer que "las promesas están sin confirmar y no tenemos constancia ni de los plazos ni del proyecto previsto para la iglesia". Eso sí, Galarza hizo especial hincapié en asegurar que sí existe "voluntad política para acometer las obras" aunque, al parecer, el problema reside en la "falta de financiación".

La voz de alarma sobre la iglesia de los Santos Juanes está dada desde hace meses. Sin embargo, los daños ocasionados por la perforación de 1.500 agujeros para inyectar hormigón a medio centenar de metros de profundidad han causado daños que si bien son más que evidentes, no presentan peligro de derrumbe, según el informe elaborado por el arzobispado. "Las grietas no son peligrosas, pero sí extrañas", añadió el arquitecto técnico de los Santos Juanes quien comparó la iglesia con "una persona muy mayor, que goza de buena salud".

Las obras del metro no han causado daños estructurales en el templo, pero sí han supuesto la paralización de la principal fuente de ingresos del mismo: las bodas y la celebración de otros sacramentos o ceremonias como bautizos, comuniones o entierros. El actual párroco del templo, Vicente Vicedo, sin embargo, aseguró que la iglesia "sigue celebrando todos los sacramentos", aunque el arquitecto técnico quiso recalcar que los Santos Juanes "ha tenido un parón de actividad increíble. En esta parroquia bien podrían celebrarse entre 40 y 50 bodas al año. Empezaron las obras y nadie elige la iglesia para ninguna celebración porque la puerta principal es inservible, y las obras siempre molestan. El perjuicio ha sido muy grande".

Los "porxets" de Sant Joan, un deterioro sangrante de una propiedad privada

La parte trasera de la iglesia de los Santos Juanes rivaliza en arte y belleza con La Lonja, situada enfrente. Su aspecto es el de un retablo decorativo de estilo barroco -ya que no se trata de un acceso a la iglesia- y cuenta con una pequeña tribuna o escenario que tiene, en los bajos, una serie de locales conocidos como "les covetes" o "els porxets" de Sant Joan. Sin embargo, lo que antaño fue un pequeño mercado de chatarrerías y pequeñas tiendas de flores y otros productos, hoy es un nido de humedades y porquería, en desuso. Los "porxets" están muy deteriorados y esperan una rehabilitación definitiva, que ni llega ni tiene previsión de llegar. Ya en 1994, cuando se inició una intervención en el templo, los "porxets" se quedaron fuera. El argumento que mantiene la Generalitat Valenciana desde entonces es que estos pequeños locales son propiedad privada. Tan solo dos de los bajos (de los doce que hay) pertenecen a la parroquia. Para el arquitecto técnico de los Santos Juanes, Manuel Galarza, la rehabilitación de les "covetes" es una "reivindicación histórica y necesaria. No pueden quedarse en este estado porque están muy deteriorados". Por ello, y según el experto, la solución pasaría "por expropiar estos locales u obligar a sus propietarios a realizar la inversión pertinente y mantenerlos en buen estado. La fachada es puramente estética. Fue concebida para que el templo no le diera la espalda a la Lonja. Hoy en día, les 'covetes' son un problema a solucionar, al ser ejemplo del máximo deterioro en uno de los entornos más bellos de la ciudad". m. ros valencia