La gerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV), Marisa Gracia, acusó ayer a los sindicatos convocantes de la huelga en Metrovalencia y el TRAM de Alicante de "usar la huelga como chantaje como medida de presión y sólo por motivos económicos". Gracia, que compareció junto a cuatro miembros directivos de la empresa, lamentó que la actual protesta sindical convocada por UGT, CC OO y SIF es la número 54 desde el año 2000. "Como todas, se escudan en motivos de seguridad y mejora del servicio, pero cuando se pone el dinero encima de la mesa desaparecen estas supuestas motivaciones".

Según la responsable de la empresa ferroviaria, de los seis puntos que la plataforma de mínimos alega para convocar la huelga "estamos de acuerdo en todos". Las diferencias con los sindicatos "se reducen a un punto: se niegan a que se aplique el decreto del Gobierno que rebaja un 5% el sueldo de todos los funcionarios, una obligación legal que tenemos que cumplir y que no puede ser negociable". Por el contrario, los sindicatos consideran que no se les debe aplicar (como a los trabajadores de Renfe, que quedaron excluidos). Han presentado un contencioso administrativo y una demanda de conflicto colectivo. Y piden, por el contrario, que se congelen los salarios y se reduzcan un 15% los de los directivos. Según Marisa Gracia, ella ha sufrido un descuento del 8% por lo que su sueldo se ha quedado en 62.000 euros al año. Sin embargo, cuando el diputado del PSPV, Francesc Signes, denunció que los directivos de FGV cobraban igual (1,1 millones de euros en total) que el Gobierno de Zapatero (1,1 millones), el PP alegó que Gracia cobraba 55.390 euros.