Si la aspiración de un político es dejar huella, los ediles y alcaldes del área metropolitana de Valencia que han pasado por la responsabilidad de dirigir la depuradora de Pinedo pueden estar satisfechos. Una parte significativa de la plantilla de esta empresa pública, con un centenar de trabajadores a finales de 2009, es deudora en términos políticos de todos los presidentes que ha tenido la empresa en los últimos años, en los que no han cesado de producirse nuevas incorporaciones con un denominador común: salarios de vértigo y en puestos de trabajo que en algún caso tienen difícil encaje en una depuradora.

Ahora, la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos (Emshi), propietaria del 100% de Emarsa, la empresa que gestiona la depuradora de Pinedo, ha decidido liquidarla tras reconocer una deuda de más de 16 millones de euros a la que no son ajenos los dispendios de personal, que solo de 2003 a 2009 se incrementaron en un 30%, pasando de 3.300.000 euros a 4.452.000 euros. Según datos a los que ha tenido acceso este diario, desde 1995 la plantilla de Emarsa ha ido creciendo a golpe de decisiones políticas y en áreas donde es difícil justificar la necesidad de nuevos empleos.

Poco antes de que el PP ganara las elecciones de1995 y comenzase a controlar la Empresa Metropolitana de Aguas Residuales (Emarsa), responsable de la depuradora de Pinedo, se produjo el mayor incremento de personal en la empresa pública, bajo control entonces de los socialistas. Según fuentes de este partido, las 18 incorporaciones estarían justificadas por la entrada en servicio de Pinedo II, que duplicaba la capacidad de tratamiento de la planta original de Pinedo I.

En 1995, el PP encomienda al entonces concejal del Ayuntamiento de Valencia, Juan Vicente Jurado, la presidencia del Consell Metropolità de l'Horta del que dependía Emarsa. Poco después comienzan las contrataciones. Hubo ocho incorporaciones en apenas 14 días. La depuradora seguía tratando los mismos litros de agua sucia que el año anterior, pero Jurado había detectado la necesidad, entre otros, de un nuevo director económico financiero, cargo para el que fue elegido Enrique A., cuya empresa pirotécnica había sido adquirida poco antes por Jurado, y una nueva jefa de recursos humanos. El 4 de noviembre de 1996, la plantilla había aumentado a 64 trabajadores, 11 más que hacía un año.

En enero de 1997, Jurado abandona Emarsa y el control político de la empresa lo asume Silvestre Senent, que tenía grandes planes para la depuradora. Se contrata a un gerente, concejal del PP en Alaquàs, y se crean cargos como el de jefe de Calidad, jefe de Compras, jefe de Contabilidad, jefe de Relaciones Externas... En cuatro años la plantilla se incrementó en 28 personas más y en mayo de 2001 alcanzó la cifra de 92 trabajadores.

Senent, al igual que Jurado, hombre de la plena confianza de Rita Barberá, recurrió para las contrataciones a la cantera del Partido Popular en Valencia que tan bien conocía y se mostró generoso a la hora de fijar salarios.

De esta época son las incorporaciones de Ignacio Martínez, Jefe de Compras en Emarsa y secretario general del PP en Trànsits y del director de Administración, Santos Peral, secretario general del PP en Patraix. También ingresó en la empresa el ex edil del PP Juan Carlos Gimeno, director de Calidad, que más tarde abandonaría la depuradora. En la actualidad hay 11 personas en Emarsa que cobran más que el Presidente del Gobierno de España.

Bajo el mandato de Senent entran también como suministradores de Emarsa algunas empresas cuyas facturas están hoy bajo sospecha y constituyen el grueso de la documentación aportada por el PSPV a la Fiscalía del TSJ, que ha aceptado abrir diligencias.

Entra Crespo

A finales de 2003 Senent da el relevo al alcalde de Manises y actual presidente de la Emshi, Enrique Crespo, que el 21 de julio de 2004 fichaba al gerente actual, Esteban Cuesta, con una retribución bruta próxima a los 80.000 euros. Bajo el mandato de Crespo se producen nuevas incorporaciones, aunque a un ritmo menor, hasta alcanzar la plantilla actual de 101 trabajadores frente a los 53 de 1994, un incremento espectacular que se agrava si se suman las 20 jubilaciones o ceses producidas en ese mismo periodo.

Todos a pagar

El resultado de todos estos dispendios en personal y en la ejecución de contratos de suministros que ya se encuentran bajo investigación por la Fiscalía del TSJ y por el Tribunal de Cuentas es un agujero negro de 17 millones de euros.

Ante esta evidencia, la Emshi ha optado por disolver Emarsa y transferir la gestión de Pinedo a la Entidad de Saneamiento, dependiente de la Generalitat Valenciana, que ya ha iniciado los trámites para transferir la gestión de Pinedo a empresas privadas. Sin embargo, nadie espera que en un gesto de magnanimidad sea la Generalitat quien asuma el déficit y asuma una "reestructuración" de Emarsa (un informe interno de la Entidad de Saneamiento considera prescindibles a 40 personas de la actual plantilla). Todo apunta a que se trasladará esta misión al concesionario privado, aunque los ciudadanos de Valencia y de su área metropolitana seguirán teniendo "noticias" de Emarsa a través del recibo del agua, la única vía posible para amortiguar el déficit de la empresa pública.

Once sueldos envidiables

Los once sueldos más elevados de Emarsa suponen un gasto de 1.261.520 euros, incluidas las cotizaciones a la Seguridad Social. Los salarios oscilan entre los 75.576 euros anuales y 105.000 euros. El último gerente, apartado de su cargo hace unas semanas, cuando se conocieron algunos datos de la Emshi, cobra 80.000 euros anuales. Por si fuera poco, los sueldos han sido incrementados en los últimos años muy por encima del IPC y superando incluso lo marcado por el propio convenio de Emarsa. Según el portavoz socialista en la Emshi, Ramón Marí, los sueldos de Emarsa se incrementaron en 2009 en un 2,4%, una cifra superior al IPC (0.8%) y a lo estipulado en el convenio (1,8%), según datos de auditoría. De nada sirvió que el año anterior la auditoría ya revelara como práctica a erradicar un incremento del 5,2%, superior también al IPC (1,4%) y al convenio (2,4%)

La contratación externa se dispara

En una comedia del Hollywood de blanco y negro, un gerente rinde cuentas en las que aparece una abultada partida bajo el nombre de "Miscelánea". Era el nombre del yate que había adquirido y disfrutaba con sus amigos. De nada ha servido al bolsillo de los ciudadanos del área metropolitana que la partida de personal de Emarsa se disparara. Trabajos que supuestamente debían realizarse dentro de la empresa se adjudicaban a firmas externas. "A los sueldos desorbitados de los directivos hay que sumar numerosas irregularidades que figuran en la auditoría", explica Ramón Marí, el portavoz socialista en la Emshi. Según la cuenta general de Emarsa, entre los gastos contratados en 2009 y sin ningún tipo de control figuran 405.000 euros en concepto de "servicios profesionales independientes", 195.000 euros para "publicidad y relaciones públicas", 670.000 euros para "otros servicios" (de ellos 140.000 euros son para "viajes"), y 130.000 euros para "relaciones externas" en una depuradora.