La propuesta del equipo de gobierno municipal de calificar el edificio del Ayuntamiento de Valencia como Bien de Relevancia Local ha dejado perplejo al Grupo Municipal Socialista, que recuerda que el edificio ya está calificado como Bien de Interés Cultural (BIC), lo que supone un retroceso en su protección. Desde el gobierno del PP, sin embargo, se asegura que sólo goza de protección como sede del Museo Histórico Municipal, que es BIC, pero no por sí mismo, lo que significa que si el museo se fuera, el edificio quedaría desprotegido.

El debate sobre el Ayuntamiento de Valencia comenzó ayer, pero seguirá en el próximo pleno en forma de moción. Juan Soto (PSPV) explicó que el edificio fue declarado en 1962, "fundamentalmente por la importancia de los fondos del Museo Histórico Municipal", monumento histórico artístico nacional en la categoría de monumento. Y posteriormente, recuerda, la Generalitat lo reconoció como Bien de Interés Cultural.

Su sorpresa ha sido encontrar en el nuevo Plan General de Ordenación Urbana una propuesta para declarar este edificio como Bien de Relevancia Local. Se trata, según Soto, de una protección menor que no tiene justificación a tenor de la categoría del continente -el museo está en la capilla de Santa Rosa de Lima- y del contenido -allí se exhiben la Senyera, el Penó de la Conquesta o la espada del rey Jaume I-. "Además consideramos que el museo y sus colecciones son inseparables del contenedor que las acoge, por lo que tiene plena coherencia el mantenimiento de la máxima protección", afirma.

Frente a esta petición, el concejal de Urbanismo, Jorge Bellver, explica que "la declaración de BIC se vincula en el decreto 474/1965 al Museo Histórico de la ciudad de Valencia, al igual que otros museos, y a los edificios en que se hallan instalados, en tanto se destinen a la expresada finalidad". Es decir, ha explicado Bellver, "que si alguien en algún momento decide trasladar el museo, el edificio se quedaría sin protección".

Su designación como Bien de Relevancia Local, por tanto, lo que pretende, según Bellver, es "garantizar su protección con o sin museo, sin perjuicio de que por la autoridad competente, la Generalitat, sea declarado también BIC el edificio en sí mismo".