Un olor insoportable, heces y excrementos de todo tipo a la altura del tobillo. Este es el panorama que tienen que aguantar los vecinos de una finca de la plaza Ciudad de Brujas de Valencia y de los dos locales colindantes, entre ellos una sucursal bancaria, desde hace aproximadamente un mes, cada vez que bajan a los sótanos del edificio.

El motivo es que los colectores de residuos y de la tubería principal que da a la calle se embozan cada dos por tres al encontrarse "el alcantarillado al mismo nivel que nuestro desagüe", según explicó José Soto, presidente de la comunidad de vecinos del número tres de la plaza Ciudad de Brujas.

Los vecinos achacan este hecho a las obras de la nueva estación de metro junto a la Iglesia de los Santos Juanes, como consecuencia de las cuales el Ayuntamiento desplazó el alcantarillado y "ahora el desagüe no tiene tirada", apuntó este afectado.

"El agua se viene a los sótanos porque no tiene salida y se llena todo de basura", explicaba Soto, quien añadió que el martes tuvo que acudir una cubeta para sacar los desechos.

"Aquí no se podía entrar si no era con unas buenas botas de la mierda que había", recordaba Vicente, el portero de la finca. Después de limpiarlo hace apenas unos días, ayer volvían a verse restos de porquería en los aseos del sótano de la finca. Además, en el banco próximo se les inundó el almacén causando daños materiales.

"Solo por sanidad el Ayuntamiento debería de hacer algo", exigía Amparo, otra vecina afectada. "Esto es un foco de infecciones", sentenciaba José Soto.