Con la llegada del Día de Todos los Santos, el Cementerio General de Valencia se convierte en un hervidero de ir y venir de gente. La actividad, que parece inexistente durante el resto del año, resurge en estas fechas a través del comercio de las flores, los "gorrillas" y los limpiadores de lápidas.

Familias enteras se dirigen a este camposanto para honrar a sus difuntos. El lugar, como todos los años, se llena de gente que se ocupa de limpiar sus nichos y de colocar los adornos florales en las lápidas.

Pese a las diferentes líneas de autobuses que la EMT ha proporcionada para llegar al cementerios, la mayoría de valencianos ha optado por trasladarse en su propio automóvil. Así pues, el acceso al recinto con vehículos se ha dificultado este fin de semana, ocasionando largas colas y un tráfico estancado.

Por ello, localizar un lugar de aparcamiento se convierte en una ardua tarea para los miles de conductores que se aproximan a la necrópolis. Es entonces cuando el negocio de los "gorrillas" se hace palpable en la búsqueda de un lugar apropiado para poder ejercer su negocio particular. Asimismo, el trabajo de la policía local aumenta para controlar este trabajo ilegal y para gestionar el tráfico vial.

El cementerio revive

El cementerio revive con la cercanía del uno de noviembre . A su alrededor aparecen diferentes puestos de venta de flores, que acuerdan los precios para no perjudicarse unos a otros en la venta. A estos se incluyen las floristerías tradicionales situadas frente a la puerta principal del cementerio, que tienen que competir con los bajos precios ofrecidos por los bazares.

La situación económica del país continúa estando en la mente de los valencianos, y en sus bolsillos. Este año todos las floristerías han notado la disminución en la venta, tanto en ramos naturales como en los de papel. "El año pasado era un no parar", nos explicaba Paula Rocati. Pese a la disminución, todavía se producen bastantes ventas de flores.

Y tras la obtención de los ramos florales, es el momento de colocarlos. La falta de escaleras del cementerio, para poder alcanzar los nichos más altos, supone hacer cola y levanta las quejas de los familiares de los difuntos. Esta semana están mucho más solicitadas, como comenta Virtudes Molina, trabajadora del cementerio.

Toni es uno de los limpiadores de lápidas que esperan en la entrada del cementerio para ofrecer sus servicios. Él nos cuenta que también ha notado que este año lo reclaman menos, ha teniendo unos beneficios de entre 70 a 85 euros por día durante esta semana de trabajo.

El Día de Todos los Santos supone un momento de actividad, en el que el Cementerio General de Valencia vuelva a la vida. El deseo de todos por dejar las lápidas lo más adecentadas ayuda a decorarlo con flores y a dejarlo lo más limpio posible para que puede lucir mañana. Se espera que este camposanto, como tantos otros en la Comunitat Valenciana, reciba una gran afluencia de gente el lunes.