El mandato de Rita Barberá pasará a la historia como uno de los más prolíficos en instalación de farolas en la ciudad de Valencia. Tal como publicó este diario, desde 1992 el Ayuntamiento de Valencia ha gastado 160 millones de euros en la instalación y conservación de farolas, lo que ha permitido a los responsables municipales presumir de tener la ciudad mejor iluminada de Europa.

Si a lo anterior se añaden los 70 millones de euros de la factura eléctrica de estos años, el coste final se dispara a los 230 millones, el equivalente a la inversión general del consistorio de los últimos cinco años.

Famosas han sido las instalaciones realizadas en la Avenida del Cid, la avenida del Puerto o el Jardín del Turia.

En la Avenida del Cid se cambió toda la iluminación en el año 2000. En apenas 900 metros lineales se pusieron 133 farolas con cuatro brazos cada una, todo ello al módico precio de 863.000 pesetas cada una.

La sustitución de farolas en la avenida del Puerto se hizo aprovechando su remodelación integral con motivo de la Copa del América en 2007. En este caso se incorporó un tercer brazo a cada una de las 288 farolas que poblaban la avenida, logrando de esta forma aumentar la potencia lumínica un 50%.

Por lo que se refiere al Jardín del Turia, los cambios se hicieron en el año 2003. Hasta 800.000 euros costaron las 450 farolas colocadas en el cauce desde el puente de Campanar al de Monteolivete.

Aún así, no fueron los años de bonanza económica los más fértiles lumínicamente hablando. Para sorpresa general, el año de mayor gasto en farolas fue 2009, cuando la crisis alcanzaba sus cotas más altas.

Ese año, los presupuestos municipales destinaron 8,2 millones de euros a este capítulo de inversiones, más que en el año 2003, año electoral en el que el gasto se quedó en 7,7 millones de euros.

Hay, finalmente, un elemento que acompañado a todos los presupuestos que ha puesto en marcha la Concejalía responsable de Alumbrado, y es la desviación presupuestaria en el gasto de conservación.

Sólo en el año 2008 esa desviación fue del 82%, ya que el presupuesto inicial era de 5,2 millones de euros y el precio final de los proyectos se elevó a 9,8. La media de estas desviaciones en la última década ha sido del 51,22%.

Las adjudicaciones

Una cuestión distintas, pero igualmente controvertida, es la forma en que se está haciendo la contratación de estas obras. En todos los casos desde el año 1997 han sido las mismas empresas las que las han llevado a cabo: Etralux para la zona norte e Imesapi para la sur, tomando siempre como referencia geográfica el cauce del río.

La Intervención General del propio ayuntamiento ya advirtió en su día del automatismo de los contratos y de la existencia de proyecto contiguos y casi simultáneos que no superaban en ningún caso los 300.000 euros, es decir, se troceaban los proyectos para no tener la obligación de sacarlos a concurso.