Al más puro estilo Café Gijón, un pequeño grupo de amantes de la fotografía decidieron en el invierno de 1995 reunirse una vez al mes frente a la mesa de un bar. El núcleo original de los tertulianos estaba formado por cinco amigos que se veían en locales con nombres que evocaban lugares lejanos como "Congo" y "Canadá" o con denominaciones tan autóctonas como la "Taberna Ché" en la avenida Regne de València. El grupo fue creciendo y se trasladó a una cervecería que estaba enfrente de los "Laboratorios Blanco y Negro" en la calle Reina Doña Germana. Luego empezó su peregrinar por distintos bares de la zona en busca de una buena mesa redonda y, sobre todo, que no hubiera hora de cierre porque las tertulias comenzaron a prolongarse desde las 21.30 horas a la 1.30 horas de la madrugada.

Cada tertulia gira en torno a un personaje invitado como el profesor Josep Sorribes que analizó la transformación urbana de la ciudad de Valencia. El grupo cayó en la cuenta de que había conocido a gente muy interesante y decidió grabar las conversaciones con el fin de editarlas y que más valencianos pudieran disfrutar de lo allí hablado.

La primera conversación grabada corresponde a una cena con Antonio Vergara, crítico gastronómico y de cine de Levante-EMV, que tuvo lugar en la taberna "A fuego lento" de la calle Caballeros en noviembre de 2004. Vergara recordó cómo en la Valencia de su infancia en los años cincuenta había muy pocos restaurantes. Uno de ellos era el "Gambrinus", que estaba en el Parterre, a la izquierda del convento de monjas que expropiaron y trasladaron fuera de Valencia para construir El Corte Inglés. El "Gambrinus" era famoso por sus excelentes perdices. Otro era el restaurante "Mayoral", que estaba detrás del Ayuntamiento -en la calle Arzobispo Mayoral- y que tuvo que cerrar tras la riada del 57 porque entró más de un metro de agua. Vergara confesó que el "Gambrinus" y el "Mayoral" son los antecedentes de su afición por la gastronomía.

Con la nuera de Miguel Hernández

Un momento álgido para el grupo fue la tertulia con Lucía Izquierdo, nuera del poeta oriolano Miguel Hernández. Izquierdo reveló que la familia no cobra ni un euro de derechos de autor a la universidad de Elx por utilizar el nombre del poeta. La tertuliana desmintió que Rafael Alberti hubiera propuesto a Miguel Hernández que se subiera a un avión para escapar del país al acabar la guerra porque las relaciones entre ellos no eran buenas. "Le tenían envidia a muerte, tanto García Lorca como Luis Cernuda y Rafael Alberti. Miguel lo sabía bien", lamentó.

Otro de los encuentros destacados fue con el publicista y fotógrafo Paco Alberola, que explicó que colaboró con el Equipo Crónica "por amistad". Alberola aseguró que estuvo varios días buscando en la hemeroteca de Valencia, en la plaza de Maguncia, una fotografía de la llegada de El Guernika a Valencia, que utilizó el artista valenciano Manolo Valdés -ahora instalado en Nueva York- para hacer su primer cuadro en solitario. El artista acabó destrozando el cuadro y lo dejó abandonado en su estudio de la calle Turia.

El diseñador gráfico Paco Bascuñán, fundador del grupo multidisciplinar La Nave y fallecido hace un año, reconoció que Javier Mariscal le caía muy bien porque es un gran ilustrador y comunicador. Bascuñán reconoció que en Valencia los estudios de diseño son pequeños porque las grandes empresas de publicidad están en Madrid y Barcelona.

Los tertulianos continúan hoy con el ritual de invitar el primer martes de cada mes a personajes de diversos ámbitos intelectuales, pero ligados de alguna manera a la atmósfera y al destino cultural de Valencia. Su objetivo es reflexionar con calma y con espíritu crítico sobre la ciudad que ha marcado sus vidas. El libro, que han autoeditado los tertulianos, se vende en la librería Railowsky.