La ermita de Santa Lucía, situada en la calle Hospital, en el corazón de Valencia, vivió ayer un día muy especial. Además de celebrar la fiesta litúrgica de su titular, abrió sus puertas al público después de un año de obras de emergencia en las que se ha consolidado la estructura del edificio. Los trabajos seguirán en los próximos meses para completar la rehabilitación, pero las puertas de esta ermita del siglo XVIII ya no volverán a cerrarse de nuevo.

Para sus fieles, desde luego, el de ayer fue un día de fiesta en el más amplio sentido de la palabra. Desde primera hora de la mañana se formaron, como es tradición, largas colas para comprar los "panets" bendecidos, llevarse algo de lotería y pagar las cuotas anuales, que este año han subido a cinco euros. También las tres misas programadas ayer congregaron a un número tal de fieles que algunos de ellos tuvieron que quedarse en la entrada, junto a la puerta de la calle. Ya el domingo, día en el que empezaron las celebraciones y se hizo la procesión, la afluencia de público fue muy fuerte.

15.000 cofrades

"A mi me apuntó mi yaya y desde entonce estoy en la cofradía", dijo una de las devotas de Santa Lucía mientras guardaba cola. En total, son 15.000 los socios de la hermandad, aunque son unos 6.000 los que mantiene un vínculo más directo, asegura la cofradía. "Yo vengo todos los años y hoy venimos a por la lotería y a pagar la cuota. Esto ya forma parte de nuestra vida", aseguró otra.

No es extraño, pues, que el cofrade mayor se mostrara muy satisfecho con la respuesta de la gente y se mostrara dispuesto a seguir la que ha sido siempre la tradición de la ermita: el culto, la caridad y, hoy por hoy, las obras.

Por lo que se refiere al culto, la ermita abrirá sus puertas siete horas diarias, de 9 a 13 y de 17 a 20, con una misa a las diez de la mañana todos los días. Puede decirse que recupera la normalidad que siempre la ha acompañado.

En cuanto a la caridad, la cofradía se propone mantener la que es su obra más importante, pagar la comida de la Casa de la Caridad el día 5 de febrero, día de Santa Águeda, advocación también de la ermita.

Por último, continuarán las obras de restauración del edificio, que una vez iniciadas serán más amplias de lo previsto. Restaurada la maltrecha cubierta y los cimientos, ahora se reformarán los accesos y algunos servicios de los que antes carecía.

En total, las obras costarán 230.000 euros, de los cuales la Conselleria de Cultura ha puesto 58.379 y la cofradía 76.279. Faltan 95.342 que habrán de recaudarse entre los fieles. Y si la devoción de ayer se mantiene mínimamente en el tiempo, las cuentas al final saldrán.