Igual se convierte en pista de tenis que en pasarela de la moda. La gran plaza pública cubierta de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa) de Valencia, seis años después de la presentación del proyecto, no tiene aún definido su uso. Mientras, durante estas fiestas se ha transformado en un espacio para los más pequeños con el programa de actividades "Navidad en el Ágora".

Su superficie elíptica de unos 5.0000 metros cuadrados, con un coste hasta la fecha de 90 millones de euros -según adelantó Levante-EMV y que el Síndic de Comptes calculaba en 67 millones a 1de septiembre de 2009 -, ha estado albergando en los últimos días un taller infantil, un mercadillo, una pista de patinaje y los espectáculos para niños "Gormiti" y "Lazy Town en la aventura pirata", un entretenimiento para menores de ocho años que ayer estuvo lleno a rebosar -incluidos los puestos de recuerdos- en su dos únicas sesiones y cuyo escenario se quedaba pequeño ante las enormes dimensiones del edificio.

Sin respetarse los plazos de terminación de las obras del Ágora, creado por el arquitecto Santiago Calatrava, su inversión inicial era de 41,3 millones de euros por lo que el presupuesto se ha duplicado desde la presentación en 2004, debido a los rediseños y modificaciones a los que acostumbra su autor. La intención era que estuviera finalizado en 2007 para entregar allí los trofeos de la Copa del América. Incumplida esta fecha, el "Open 500" de tenis se realizó en octubre de 2009 en este edificio inconcluso. La apertura en falso y provisional llevó a cerrar la instalación para proseguir con los trabajos que hoy están, todavía, sin acabar. Falta la colocación de las lamas que conformarán las dos grandes alas que coronarán la estructura de este centro tan polivalente.

Un año después, en noviembre pasado, tuvo lugar en este mismo Ágora la segunda edición del "Open 500" de tenis para, después, ser el escenario de la "Copa de España de la Burn Freestyle 2010 -un espectáculo de acrobacias con motos- y para febrero próximo está anunciada la "Valencia Fashion Week" o semana de la moda valenciana.

Política que ya presumían en Cacsa cuando, en 2006, el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, colocó la primera piedra. Sus responsables comunicaban en una nota que para rentabilizar la elevada inversión del último de los edificios de este complejo arquitectónico, se alquilaría el Ágora para "actos públicos o privados, congresos, convenciones, convites y exposiciones".

De esta forma, el que se ha convertido en el auditorio más grande de Valencia y el más costoso, con un aforo que supera las 5.000 personas sentadas y una altura de 70 metros, tiene un destino indeterminado y sin un criterio artístico concebido. A Cacsa, con tal de llenar y sumar asistentes al recinto, le es indiferente una obrita para entretener a los niños que un acontecimiento deportivo mundial.

Y para estos cometido ya existen desde hace años en la ciudad otros espacios como el Palau de les Arts, el de la Música o el de Congresos, multitud de teatros e instalaciones deportivas.

De hecho, el edificio, situado entre el Puente del l'Assut de l'Or y l'Oceanogràfic cuya cupula azul destaca sobre el entorno blanco, suma una inversión de 90 millones de euros, pero todavía quedan por colocar las dos grandes alas, cuyas lamas se encuentran en la explanada trasera del Ágora, y cuya complejidad técnica está obligando a multitud de comprobaciones. Lo que lleva a preguntarse si el presupuesto está cerrado.

Cientos de padres y niños, pese al frío de la tarde, aguardaron una larga cola para disfrutar del espectáculo en el que no quedó una silla vacía. Lo mismo se podría haber producido en cualquier otro teatro ya existente sin gastar el millonario presupuesto.