Dos especialistas en urbanismo defendieron ayer la conservación del barrio del Cabanyal en su estado actual frente al intento del Ayuntamiento de Valencia de partirlo por la mitad con la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez hasta el mar. Lo hicieron en la inauguración de unas jornadas tituladas "Valencia y el mar. El futuro del Cabanyal" patrocinadas por el Ministerio de Cultura, una de cuyas órdenes tiene paralizado el proyecto.

Quizá por eso, en la presentación de las jornadas, que se prolongarán a lo largo de hoy y mañana -sesiones vespertinas- en la Fundación Universitat Empresa, el introductor de las mismas, el catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio, Félix Benito, avisó de que se trataba de unas jornadas "técnicas" y que sus participantes no representan a ninguna institución.

Ya metido en materia, Benito explicó que Valencia tiene que retornar al mar", pero "con detalle y no a gran escala". "La escala pequeña queda peor en un plano, pero en la realidad queda muy bien", precisó. Asegura, además que el "tema social es muy importante" y que si en vez de marcharse los vecinos huyendo de la degradación decidieran conjuntamente quedarse podrían regenerar el barrio en apenas tres o cuatro años.

Su propuesta, por tanto, es que Valencia se abra al mar de otra forma, por los laterales y aprovechando los "espacios de oportunidad" que hay en el frente del litoral, en la franja que rodea Eugenia Viñes, y en el final de Blasco Ibáñez, en torno a Serrería. "Desde el punto de vista técnico hay solución", insistió Benito, quien reprochó a los políticos que no hayan llevado bien este caso desde el principio.

Por su parte, el arquitecto Luis Francisco Herrero se centró en la historia del barrio para defender sus peculiaridades y pedir incluso una ampliación de su protección. También en su opinión hay "espacios de oportunidad" para conectar Valencia con el mar sin destruir el Cabanyal y defiende, por contra, su puesta en valor de cara, por ejemplo, al turismo.

Herrero, conocido enemigo de la prolongación de Blasco Ibáñez, recordó que desde la aplicación del Plan Especial de Protección y Reforma Interior (Pepri) del barrio se ha pasado de 82 a 188 solares degradados, pero aseguró que son muchos más los edificios conservador y restaurados, lo que él llamó "brotes verdes".

Cerró la tarde inaugural el escritor Fernando Delgado, quien dijo que "es todo tan obvio que no entiendo por qué no se han acercado posiciones en este asunto".

En la sala estaban los socialistas Joan Calabuig, Carmen Alborch y Vicente González Móstoles, así como dirigentes vecinales y los máximos representantes de Salvem el Cabanyal.