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Las alquerías son la única asignatura pendiente del Ayuntamiento de Valencia en materia de recuperación del patrimonio histórico que ayer admitió la alcaldesa. Durante la presentación de una obra recopilatoria de las intervenciones realizadas edificios históricos en sus 20 años de mandato, Rita Barberá sacó pecho del patrimonio recuperado y dijo que ha sido una tarea "ingente". Fruto de la misma "no queda ningún gran monumento de propiedad municipal por recuperar en la ciudad", apuntó la regidora.

La alcaldesa hizo la salvedad del monasterio de la Roqueta, de titularidad municipal, aunque apostilló que "se está trabajando ya en su consolidación arquitectónica". La intervención urgente en este monumento se incluyó el año pasado en el plan Confianza, después de que el ayuntamiento eliminase la partida del presupuesto municipal destinada a su restauración. Barberá se comprometió en 2007 a convertir el monasterio en un centro dedicado a Joaquín Sorolla.

Aunque sin citarlo, Barberá excluía el Colegio de la Seda. El edificio, que ha sufrido graves desperfecto como consecuencia de las obras de un aparcamiento subterráneo, es propiedad de una fundación privada. Pese a su importancia histórica, las administraciones no terminan de comprometerse con su rehabilitación.

Rita Barberá insistió en que "no hay monumentos de grandes dimensiones por recuperar". "Quedan algunas alquerías, pero no grandes monumentos". Entre las alquerías pendientes de intervenir está la del Moro, un edificio gótico declarado Bien de Interés Cultural, incluido en el ámbito de la ampliación del Parque de Benicalap. La mayoría de alquerías y molinos de Valencia están grafiados como Bien de Relevancia Local, un escalón por debajo del Bien de Interés Cultural, en la revisión del PGOU. El ayuntamiento todavía tiene pendiente la expropiación de muchas de las 60 alquerías que el PGOU de 1988 destinaba a equipamientos y dotaciones vecinales.

La publicación presentada ayer en el ayuntamiento, titulada Recuperación del Patrimonio Histórico en Valencia (1991-2010), es continuación de la que se presentó en 2007 e incorpora las últimos bienes intervenidos, entre ellos, la plaza Redonda.

El ayuntamiento ha invertido casi 400 millones de euros en la restauración de 90 monumentos, entre ellos la Lonja, las torres de Quart y el centro arqueológico de la Almoina. La alcaldesa no dudó en echarse flores y dijo que la suya había sido la gestión "más productiva y ambiciosa" en la historia de Valencia.

Rita Barberá rechazó las críticas de quienes se empeñan en mostrarle la degradación del patrimonio histórico, como la entidad cívica Cercle Obert, que denuncia, entre otros, el abandono de la fábrica de la Ceramo y de las alquerías así como la amenaza a otros bienes destacados como el jardín de Monforte.