La delegada del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ana Botella, visitó ayer la Finca Roja para comprobar su nueva cara tras la rehabilitación a la que ha sido sometida con fondos del Plan Zapatero y con las aportaciones de los propios vecinos. El acto, convocado por los Amigos de la Finca Roja, no contó finalmente con asistencia de autoridades municipales, que, al parecer, anularon su presencia al conocer que asistiría también la representante del Gobierno socialista.

Esta controversia fue, de hecho, la comidilla de la mañana. El pasado viernes los Amigos de la Finca Roja cursaron invitación a los vecinos para asistir a "la entrega oficial de las obras de rehabilitación de nuestro emblemático edificio". Según su portavoz, "al saber que hoy se iban a entregar las obras, dijimos: vamos a acudir y si no hacen nada, que eso lo tenía que haber hecho la constructora, nosotros acudimos, nos reunimos y aplaudimos al que venga. Ha venido la delegada del Gobierno y nuestro aplauso para ella. Creíamos que iba a venir el Ayuntamiento también, pero a última hora han llamado diciendo que se había suspendido. No han dado ninguna razón", explicó.

También la propia Ana Botella se refirió a este asunto y acusó al Ayuntamiento de "deslealtad institucional". Según dijo, el viernes supieron que se iba a celebrar una "inauguración con autoridades" y cuando trataron de hablar con la empresa municipal Aumsa y los vecinos nadie les supo decir nada al respecto, "con lo cual nosotros hemos venido con mucho gusto y si no es la entrega definitiva de las obras, que es una cuestión local, sí queremos estar con los vecinos y poner de manifiesto que no hay una parte de financiación del Ayuntamiento, sino de lo vecinos y del Gobierno. Otra cosa es -precisó- que el dinero no venga directamente de Madrid y se transfiera a la comunidad autónoma para que la gestión sea local y más cómoda para los vecinos".

Respecto a la ausencia de autoridades municipales, la delegada del Gobierno dijo estar sorprendida del " alto nivel de deslealtad institucional que supone que se ponga en marcha una operación de inauguración y cuando la Delegación del Gobierno dice que va a asistir, aunque no la inviten, de repente desaparezcan todos y se quiten de la escena pública. Eso no es muy cortés y tampoco muy leal institucionalmente", insistió.

Por lo demás, Ana Botella, que se dirigió con un improvisado discurso a los muchos vecinos reunidos en el patio de la finca, quiso centrarse en el trabajo de mejora de la finca y recordó que la obra se ha hecho dentro de un plan de rehabilitación de edificios singulares incluido en el Plan Zapatero. Ese programa ha aportado 13, 7 millones a la comunidad y, en concreto, 3,2 millones para la Finca Roja. "Esto supone el 80% de la obra y el restante 20% hasta los 4 millones los aportan los vecinos, unos 2.000 euros por vivienda", informó.

Por su lado, el candidato socialista a la alcaldía de Valencia, Joan Calabuig, destacó la apuesta por el patrimonio y recordó que el Gobierno ha invertido más de 200 millones de euros en Valencia a través del Plan E. Es más, dijo que ésta es la línea a seguir. "El futuro de la ciudad no pasa por devorar la huerta sino por rehabilitar edificios". En Valencia hay 90.000 viviendas vacías , recordó.

El CVC recomienda proteger las llamadas "casas baratas"

El Consell Valencià de Cultura (CVC) ha recomendado perfeccionar el inventario de "casas baratas" de la Comunitat Valenciana y sugiere a las administraciones el estudio de estas edificaciones, "teniendo en cuenta la adaptación a los nuevos tiempos, así como la sustitución de los elementos inadecuados existente en algunos casos". En consecuencia, el informe aprobado ayer sugiere la posibilidad de declararlas Bien de Interés Cultural o de Relevancia local, ya que "presentan características arquitectónicas de trascendente valor al reproducir modelos, tanto de estructura como visuales, de los estilos dominantes en Europa". El CVC aprobó recientemente un informe sobre el barrio obrero Ramón de Castro de Patraix, en Valencia, construido en el marco de las reformas sociales puestas en marcha en el siglo XIX para mejorar las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas. En su informe también se cita expresamente la Finca Roja de Valencia o los chalés de los periodistas, viviendas también construidas expresamente para trabajadores.