El ala oeste del barrio de Russafa es, a lo largo del año, centro neurálgico de nada. Aunque se haya adecentado su entorno, sus calles se asocian con tiendas de comercio asiático. Pero cuando llegan las Fallas, se acude en tropel. Y ayer se sirvió en bandeja el último plato fuerte que faltaba: la iluminación artística de Cuba-Literato Azorín.

Llegaron los campeones del año pasado convirtiendo también el acto en un espectáculo. A los sones de "Un amore cosi grande", un clásico italiano en la voz de Mario del Monaco, las diferentes secciones del adorno, en cuidada coreografía, se iban encendiendo ante las exclamaciones de admiración de los cientos de personas que lo contemplaban. Con esta inauguración se completa el cuadrado mágico que completan las demarcaciones de Sueca-Literato Azorín y Cuba-Puerto Rico, al que en breves días habrá que añadir las fallas de sección especial de las dos primeras.

A partir de ahora, todas las noches estará encendido y todo aquel que pase notará que la temperatura ambiental es un par de grados superior a la intemperie.

No ha decepcionado el montaje de Mariano, ese iluminador italiano que cambió de demarcación hace dos años para acabar con la supremacía de los vecinos "suecanos". De quien, por cierto, el Mariano es apellido. Lucio Mariano, que así se llama, definió su montaje como "un juego geométrico". Inspirado, aseguró, en la obra de Calatrava, destacaba por "la policromía. Jamás habíamos hecho un montaje con tanta variedad de colores". Luces intermitentes y otras colgantes completan un diseño que será calificado, junto con las demás, esta noche. "Hemos estado trabajando una plantilla de doce personas durante veinte días".

La diferencia entre estos montajes y las fallas es que éstas no se queman. Por lo que el coste real que asumen las comisiones es mucho menor de lo que podría valer realmente todo el montaje. Razón de más para que el colectivo ruzafeño haya entrado con tanta fuerza en el concurso. De cualquier modo, Cuba-Literato Azorín vive un momento dulce: también ha aumentado su dotación económica al monumento de Pere Baenas.

En la iluminación se acumulan los secretos. Por ejemplo, el número de bombillas. "Aquí hay 750.000". No hay nadie que se ponga a contar ni estas perillas ni las de Sueca, por lo que las respectivas afirmaciones de los autores habrá que tomarlas como dogma de fe. Ahora, el duelo transalpino se juega en Russafa: Mariano aquí y De Cagna a cincuenta metros. Tan lejos y tan cerca.