Para la gran mayoría de los ciudadanos —falleros o no— y turistas que acuden estos días a Valencia, las explosiones de los petardos son la banda sonora del día a día. Pero para algunas personas las jornadas falleras se convierten en un auténtico infierno debido precisamente a la pirotecnia. Sufren un pánico a las repentinas explosiones de los petardos que les impide hacer vida normal, incluso salir de casa. Este miedo tiene nombre: ligirofobia. Bajo este concepto se engloba el miedo a los ruidos fuertes y repentinos, como también las explosiones de los globos. En muchas ocasiones quienes sufren verdadero pánico a los petardos suelen evitar también los inofensivos globos en las fiestas.

«Me asustan, no quiero salir de casa. Me estresa mucho ir por la calle con tanto niño y tanto petardo», señala a este diario Sandra Más, una joven de 24 años, que vive en Silla. «Me da auténtico pavor y cuando llegan las Fallas sólo estoy en mi casa o trabajando». Vive cerca de un casal fallero y como explica: «doy una vuelta para evitar pasar junto a él». Es tal el pánico que tiene que intenta ir en coche a todos los sitios «porque amortigua el sonido de las explosiones». «Cuando estoy por la calle y suena un petardo, salto y voy tapándome los oídos».

Sandra comenta que cuando acude a una «mascletà» por compromiso «en la parte fuerte echo a correr», pues no aguanta tanto ruido, y dice que se marea. «Mis amigos y la gente se ríe de mí pero me da igual porque es algo que a mi me supera».

«Se me corta la respiración»

Por su parte, otra joven, M. F., reconoce que «si no fuera por mi trabajo no saldría a la calle». «No tengo miedo a la pólvora, sino a los ruidos fuertes inesperados, aunque los vea venir». En la «mascletà» no lo pasa mal, sólo con los avisos, que le pillan por sorpresa. «Por las calles —señala— el problema es que el peligro lo sientes constantemente, y cada día es peor». Dice sentir «ansiedad y agobio. Cuando explota algo se me corta la respiración, hasta con los globos». Comenta que la gente le quita importancia cuando lo comenta, cuando para ella es un grave problema diario.

Pau Barreda explica que siente «una mezcla de estrés y nerviosismo». De pequeño le impedía hacer vida normal y ahora «siempre que puedo viajo fuera de Valencia. Si me quedo salgo lo mínimo o con unos auriculares».